Julio 1
El profeta Jehú amonesta a Josafat
2 Cr. 19.1-3 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Josafat, rey de Judá, volvió en paz a su casa en Jerusalén.2 Y le salió al encuentro el vidente Jehú hijo de Hanani, el cual dijo al rey Josafat:
—¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen a Jehová? Por esto ha caído sobre ti la cólera de Jehová.3 Pero se han hallado en ti buenas cosas, por cuanto has quitado de la tierra las imágenes de Asera y has dispuesto tu corazón para buscar a Dios.
Josafat nombra jueces
2 Cr. 19.4-11 DHH NIV NBD NVI LBLA
4 Habitó, pues, Josafat en Jerusalén; pero volvió a salir para visitar al pueblo, desde Beerseba hasta los montes de Efraín, y los conducía a Jehová, el Dios de sus padres.5 Puso jueces en todas las ciudades fortificadas de Judá, por todos los lugares;6 y dijo a los jueces: «Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en nombre de los hombres, sino en nombre de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis.7 Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque en Jehová, nuestro Dios, no hay injusticia ni acepción de personas ni admisión de cohecho».
8 Puso también Josafat en Jerusalén a algunos de los levitas y sacerdotes, y de los padres de las familias de Israel, para la administración de la justicia de Jehová y para los litigios. Estos habitaban en Jerusalén.9 Y les mandó diciendo: «Procederéis asimismo en el temor de Jehová, con verdad y con corazón íntegro.10 En cualquier pleito que os presenten vuestros hermanos que habitan en las ciudades, ya sean causas de sangre, o asuntos relativos a la Ley, preceptos, estatutos o decretos, les amonestaréis que no pequen contra Jehová, para que no venga ira sobre vosotros y sobre vuestros hermanos. Haciendo así, no pecaréis.11 El sacerdote Amarías será el que os presida en todo asunto de Jehová, y Zebadías hijo de Ismael, príncipe de la casa de Judá, en todos los negocios del rey; también los levitas serán oficiales en vuestra presencia. Esforzaos, pues, y manos a la obra. Jehová estará con el bueno».
Derrota de Moab y de Amón
2 Cr. 20.1-30 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, marcharon contra Josafat para atacarlo.2 Y fueron algunos a darle aviso a Josafat, diciendo: «Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar y de Siria; ya están en Hazezon-tamar, que es En-gadi».
3 Josafat tuvo miedo y humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.4 Se congregaron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová.5 Entonces Josafat, puesto en pie en medio de la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo,6 dijo: «Jehová, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y dominas sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder que no hay quien te resista?7 Dios nuestro, ¿no expulsaste tú a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de tu amigo Abraham para siempre?8 Ellos la han habitado, y han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo:9 “Si mal viene sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta Casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta Casa); clamaremos a ti a causa de nuestras tribulaciones, y tú nos oirás y salvarás”.10 Ahora, pues, aquí están los hijos de Amón y de Moab, y los de los montes de Seir, a cuya tierra no quisiste que pasara Israel cuando venía de la tierra de Egipto, sino que se apartara de ellos y no los destruyera.11 Ahora ellos nos pagan viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión.12 ¡Dios nuestro!, ¿no los juzgarás tú? Pues nosotros no tenemos fuerza con que enfrentar a la multitud tan grande que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos».
13 Todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños, sus mujeres y sus hijos.14 Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el espíritu de Jehová en medio de la reunión;15 y dijo: «Oíd, todo Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: “No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.16 Mañana descenderéis contra ellos; mirad, ellos subirán por la cuesta de Sis y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel.17 No tendréis que pelear vosotros en esta ocasión; apostaos y quedaos quietos; veréis como la salvación de Jehová vendrá sobre vosotros. Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros”».
18 Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y también todo Judá y los habitantes de Jerusalén se postraron ante Jehová para adorar a Jehová.19 Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré para alabar con gran clamor a Jehová, el Dios de Israel.
20 Cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Mientras ellos salían, Josafat, puesto en pie, dijo: «Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén. Creed en Jehová, vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados».
21 Después de consultar con el pueblo, puso a algunos que, vestidos de ornamentos sagrados, cantaran y alabaran a Jehová mientras salía la gente armada, y que dijeran: «Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre».
22 Cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso emboscadas contra los hijos de Amón, de Moab y de los montes de Seir que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.23 Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del los montes de Seir para matarlos y destruirlos; y cuando acabaron con los del monte Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero.
24 Luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud, pero solo vieron cadáveres tendidos en la tierra, pues ninguno había escapado.25 Josafat y su pueblo fueron a despojarlos, y hallaron entre los cadáveres muchas riquezas, así vestidos como alhajas preciosas que tomaron para sí; tantos, que no los podían llevar. Estuvieron tres días recogiendo el botín, porque era abundante.
26 Al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca, y allí bendijeron a Jehová; por esto llamaron el nombre de aquel paraje el valle de Beraca, hasta el día de hoy.27 Después todos los hombres de Judá y de Jerusalén, con Josafat a la cabeza, regresaron a Jerusalén gozosos, porque Jehová les había colmado de goso librándolos de sus enemigos.28 Y entraron en Jerusalén, en la casa de Jehová, con salterios, arpas y trompetas.
29 Cuando supieron qu Jehová había peleado contra los enemigos de Israel, el terror de Dios cayó sobre todos los reinos d aquella tierra.30 Y el reino de Josofat tuvo paz, porque su Dios le dio paz por todas partes.
Resumen del reinado de Josafat
2 Cr. 20.31-34 DHH NIV NBD NVI LBLA
31 Así reinó Josafat sobre Judá; de treinta y cinco años era cuando comenzó a reinar, ye reinó venticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre fua Azuba, hija de Silhi.32 Y anduvo en el camino de Asa, su padre, sin apartarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová.33 Con todo, los lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo aún no había enderezado su corazón al Dios de sus padres.34 Los demás hechos de Josafat, los primeros y los últimos, están escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual se hace mención en el libro de los reyes de Israel.
1 R. 22.45-47 DHH NIV NBD NVI LBLA
45 Los demás hechos de Josafat, sus hazañas y las guerras que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?46 Barrió también de la tierra los restos de los sodomitas que habían quedado en tiempos de su padre Asa.47 Entonces no había rey en Edom, sino un gobernador en lugar de rey.
853-852 a.C. Reinado de Ocozías en Israel
1 R. 22.51-53 DHH NIV NBD NVI LBLA
51 Ocozías hijo de Acab comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, el año diecisiete de Josafat, rey de Judá. Reinó dos años sobre Israel.52 Hizo lo malo ante los ojos de Jehová, siguió el camino de su padre y el camino de su madre, y el camino de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel,53 porque sirvió a Baal y lo adoró, y provocó la ira de Jehová, Dios de Israel, conforme a todas las cosas que había hecho su padre.
Alianza de Josafat con Ocozías
2 Cr. 20.35-37 DHH NIV NBD NVI LBLA
35 Pasadas estas cosas, Josafat, rey de Judá, trabó amistad con Ocozías, rey de Israel, el cual era dado a la impiedad,36 y se asoció a él para construir naves que fueran a Tarsis; y construyeron las naves en Ezión-geber.37 Entonces Eliezer hijo de Dodava, el de Maresa, profetizó contra Josafat diciendo: «Por cuanto te has aliado con Ocozías, Jehová destruirá tus obras». Y las naves se rompieron, y no pudieron ir a Tarsis.
1 R. 22.48,49 DHH NIV NBD NVI LBLA
48 Josafat había hecho naves de Tarsis, las que debían dirigirse a Ofir por oro; pero no fueron, porque se rompieron en Ezión-geber.49 Entonces Ocozías hijo de Acab dijo a Josafat: «Vayan mis siervos con los tuyos en las naves». Pero Josafat no quiso.
Muerte de Ocozías
2 R. 1.1-18 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Después de la muerte de Acab, se rebeló Moab contra Israel.
2 Ocozías se cayó por la ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria y quedó lastimado. Entonces envió unos mensajeros a los que dijo: «Id y consultad a Baal-zebub, dios de Ecrón, si he de sanar de estas mis heridas».3 Pero el ángel de Jehová le habló a Elías, el tisbita, diciendo: «Levántate y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria y diles: “¿Acaso no hay Dios en Israel para que vayáis a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón?”.4 Por tanto, así ha dicho Jehová: “Del lecho en que estás no te levantarás, sino que ciertamente morirás”».
Y Elías se fue.
5 Cuando los mensajeros regresaron, el rey les dijo:
—¿Por qué habéis regresado?
6 Ellos le respondieron:
—Encontramos a un hombre que nos dijo: “Id y regresad ante el rey que os envió, y decidle: ‘Así ha dicho Jehová: ¿Acaso no hay Dios en Israel, que tú envías a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón? Por tanto, del lecho en que estás no te levantarás; de cierto morirás’ ”.
7 Entonces el rey les preguntó:
—¿Cómo era el hombre que encontrasteis y os dijo tales palabras?
8 —Uno que tenía un vestido de pelo y un cinturón de cuero ceñido a su cintura—respondieron ellos.
—¡Es Elías, el tisbita!—exclamó el rey—,9 y enseguida envió tras él a un capitán de cincuenta con sus cincuenta hombres. Cuando él subió adonde estaba Elías, este se encontraba sentado en la cumbre del monte. Y el capitán le dijo:
—Hombre de Dios, el rey ha dicho que desciendas.
10 Elías respondió al capitán de cincuenta:
—Si yo soy hombre de Dios, que descienda fuego del cielo y te consuma con tus cincuenta hombres.
Y descendió fuego del cielo que lo consumió a él y a sus cincuenta hombres.
11 Volvió el rey a enviar tras él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta hombres, el cual le dijo:
—Hombre de Dios, el rey ha dicho así: “Desciende pronto”.
12 Elías le respondió:
—Si yo soy hombre de Dios, que descienda fuego del cielo y te consuma con tus cincuenta hombres.
Y descendió fuego del cielo que lo consumió a él y a sus cincuenta hombres.
13 Volvió a enviar al tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta hombres. Subió aquel tercer capitán de cincuenta, se puso de rodillas delante de Elías y le rogó:
—Hombre de Dios, te ruego que mi vida y la vida de estos tus cincuenta siervos alcancen algún valor a tus ojos.14 Ya ha descendido fuego del cielo y ha consumido a los dos primeros capitanes de cincuenta con sus cincuenta hombres; ¡que ahora tenga algún valor mi vida a tus ojos!
15 Entonces el ángel de Jehová dijo a Elías: «Desciende con él; no le tengas miedo».
Elías se levantó, descendió con él ante el rey,16 y le dijo:
—Así ha dicho Jehová: “Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón, como si no hubiera Dios en Israel cuya palabra consultar, no te levantarás del lecho en que estás, sino que de cierto morirás”.
17 Y murió conforme a la palabra de Jehová que había dicho Elías. Reinó en su lugar Joram, en el segundo año de Joram hijo de Josafat, rey de Judá, porque Ocozías no tenía hijos.
18 Los demás hechos de Ocozías, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
Elías sube al cielo
2 R. 2.1-12a DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Aconteció que cuando Jehová iba a alzar a Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal.2 Y Elías dijo a Eliseo:
—Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Bet-el.
—¡Vive Jehová y vive tu alma, que no te dejaré!—le dijo Eliseo.
Descendieron, pues, a Bet-el.3 Salieron al encuentro de Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Bet-el y le dijeron:
—¿Sabes que Jehová va a arrebatarte hoy a tu señor?
—Sí, lo sé; pero callad—respondió él.
4 Elías le volvió a decir:
—Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó.
—¡Vive Jehová y vive tu alma, que no te dejaré!—le respondió Eliseo.
Siguieron, pues, a Jericó.5 Se acercaron a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Jericó, y le dijeron:
—¿Sabes que Jehová va a arrebatarte hoy a tu señor?
—Sí, lo sé; pero callad—respondió él.
6 Luego Elías le dijo:
—Te ruego que te quedes aquí, porque Jehová me ha enviado al Jordán.
—¡Vive Jehová y vive tu alma, que no te dejaré!—le respondió Eliseo.
Y se fueron los dos.7 Pero llegaron cincuenta hombres de los hijos de los profetas y se pararon enfrente, a lo lejos, mientras ellos dos se detenían junto al Jordán.8 Tomó entonces Elías su manto, lo dobló y golpeó las aguas, las que se apartaron a uno y a otro lado, y ambos pasaron por lo seco.9 En cuanto pasaron, Elías dijo a Eliseo:
—Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea arrebatado de tu lado.
Eliseo dijo:
—Te ruego que me dejes una doble porción de tu espíritu.
10 —Cosa difícil has pedido—le respondió Elías—. Si me ves cuando sea separado de ti, te será concedido; pero si no, no.
11 Aconteció que mientras ellos iban caminando y hablando, un carro de fuego, con caballos de fuego, los apartó a los dos, y Elías subió al cielo en un torbellino.12 Al ver esto, Eliseo clamó: «¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel y su caballería!».
Y nunca más lo vio.
850 a.C. Comienzo de la actividad profética de Eliseo
Eliseo sucede a Elías
2 R. 2.12b-18 DHH NIV NBD NVI LBLA
Entonces Eliseo tomó sus vestidos y los rasgó en dos partes.13 Alzó luego el manto que se le había caído a Elías, regresó y se paró a la orilla del Jordán.14 Después tomó el manto que se le había caído a Elías, golpeó las aguas, y dijo: «¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías?».
Apenas hubo golpeado las aguas del mismo modo que Elías, estas se apartaron a uno y a otro lado, y Eliseo pasó.15 Al verlo, los hijos de los profetas que estaban al otro lado en Jericó dijeron: «El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo».
Fueron enseguida a recibirlo, se postraron delante de él16 y dijeron:
—Aquí hay entre tus siervos cincuenta hombres fuertes. Deja que vayan y busquen a tu señor ahora; quizá lo ha levantado el espíritu de Jehová y lo ha arrojado en algún monte o en algún valle.
—No enviéis a nadie—les dijo él.
17 Pero ellos lo importunaron tanto que avergonzándose dijo:
—Enviadlos.
Entonces enviaron ellos a los cincuenta hombres, quienes lo buscaron durante tres días, pero no lo hallaron.18 Cuando volvieron junto a Eliseo, que se había quedado en Jericó, él les dijo:
—¿No os dije yo que no fuerais?
Julio 2
Eliseo purifica el manantial de Jericó
2 R. 2.19-25 DHH NIV NBD NVI LBLA
19 Los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo:
—Mira, el lugar en donde está colocada esta ciudad es bueno, como mi señor ve; pero las aguas son malas y la tierra es estéril.
20 —Traedme una vasija nueva y poned en ella sal—dijo él.
Cuando se la trajeron,21 Eliseo fue hacia los manantiales de las aguas, echó dentro la sal y dijo:
—Así ha dicho Jehová: “Yo sané estas aguas, ya no habrá en ellas muerte ni enfermedad”.
22 Y fueron saneadas las aguas hasta hoy, conforme a la palabra que pronunció Eliseo.
23 Después Eliseo salió de allí hacia Bet-el. Subía por el camino, cuando unos muchachos salieron de la ciudad y se burlaban de él, diciendo: «¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!».
24 Miró él hacia atrás, los vio y los maldijo en nombre de Jehová. Salieron dos osos del monte y despedazaron a cuarenta y dos de esos muchachos.25 De allí se fue al monte Carmelo, y de allí regresó a Samaria.
852-841 a.C. Reinado de Joram en Israel
2 R. 3.1-3 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Joram hijo de Acab comenzó a reinar en Samaria sobre Israel en el año dieciocho de Josafat, rey de Judá. Reinó doce años.2 Pero hizo lo malo a los ojos de Jehová, aunque no como su padre y su madre, pues quitó las estatuas de Baal que su padre había hecho.3 No obstante, se entregó a los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel, y no se apartó de ellos.
Eliseo predice la victoria sobre Moab
2 R. 3.4-27 DHH NIV NBD NVI LBLA
4 Mesa, rey de Moab, era propietario de ganados y pagaba al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros con su lana.5 Pero cuando Acab murió, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel.6 Salió entonces de Samaria el rey Joram y pasó revista a todo Israel.7 Fue y envió a decir a Josafat, rey de Judá: «El rey de Moab se ha rebelado contra mí: ¿quieres venir conmigo a la guerra contra Moab?».
El rey de Judá respondió: «Iré, porque yo soy como tú, mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como los tuyos».8 Y añadió: «¿Por qué camino iremos?».
Joram respondió: «Por el camino del desierto de Edom».
9 Salieron, pues, el rey de Israel, el rey de Judá y el rey de Edom. Como tuvieron que dar un rodeo por el desierto, a los siete días de camino les faltó agua para el ejército y para las bestias que los seguían.10 Entonces el rey de Israel dijo:
—¡Ah! Jehová ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas.
11 Pero Josafat dijo:
—¿Acaso no hay aquí profeta de Jehová para que consultemos a Jehová por medio de él?
Uno de los siervos del rey de Israel dijo:
—Aquí está Eliseo hijo de Safat, que servía a Elías.
12 —Este tendrá palabra de Jehová—afirmó Josafat.
El rey de Israel, Josafat y el rey de Edom descendieron hacia donde él estaba.13 Pero Eliseo dijo al rey de Israel:
—¿Qué tengo yo que ver contigo? ¡Vete a los profetas de tu padre y a los profetas de tu madre!
El rey de Israel le respondió:
—No, porque Jehová ha reunido a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas.
14 Eliseo dijo:
—¡Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy!, que si no sintiera respeto por Josafat, rey de Judá, no te miraría a ti ni te vería.15 Pero ahora traedme un músico.
Mientras el músico tocaba, la mano de Jehová se posó sobre Eliseo,16 quien dijo: «Así ha dicho Jehová: “Haced en este valle muchos estanques”.17 Porque así dice Jehová: “No veréis viento, ni veréis lluvia, pero este valle se llenará de agua y beberéis vosotros, vuestras bestias y vuestros ganados”.18 Y como esto es poca cosa a los ojos de Jehová, él entregará también a los moabitas en vuestras manos.19 Destruiréis toda ciudad fortificada y toda villa hermosa, talaréis todo buen árbol, cegaréis todas las fuentes de aguas y destruiréis con piedras toda tierra fértil».
20 Aconteció, pues, que a la mañana, cuando se ofrece el sacrificio, de la parte de Edom vinieron las aguas y la tierra se inundó.21 Al enterarse todos los de Moab que los reyes subían a pelear contra ellos, se juntaron desde los que apenas podían ceñir armadura en adelante, y se pusieron en la frontera.22 Cuando se levantaron por la mañana y brilló el sol sobre las aguas, vieron los de Moab desde lejos las aguas rojas como sangre23 y dijeron: «¡Esto es sangre derramada a espada! Los reyes se han vuelto uno contra otro y cada uno ha dado muerte a su compañero. Conque ¡al botín, Moab!».
24 Pero cuando llegaron al campamento de Israel, se levantaron los israelitas y atacaron a los de Moab, los cuales huyeron ante ellos. Entonces los persiguieron, mataron a los de Moab,25 asolaron las ciudades y en todas las tierras fértiles echó cada uno su piedra y las llenaron. Cegaron también todas las fuentes de las aguas y derribaron todos los buenos árboles. Sólo quedó en pie la ciudad de Kir-hareset, pero los honderos la rodearon y la destruyeron.
26 Cuando el rey de Moab vio que lo vencían en la batalla, tomó consigo setecientos hombres que manejaban espada para atacar al rey de Edom; pero no pudieron hacerlo.27 Entonces tomó a su primogénito, que había de reinar en su lugar, y lo sacrificó en holocausto sobre el muro. Esto provocó tan gran enojo contra Israel, que se alejaron de allí y regresaron a su tierra.
El aceite de la viuda
2 R. 4.1-7 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Una de las mujeres de los hijos de los profetas clamó a Eliseo diciendo:
—Tu siervo, mi marido, ha muerto, y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová. Pero el acreedor ha venido para llevarse a dos hijos míos como siervos.
2 Eliseo le dijo:
—¿Qué puedo yo hacer por ti? Dime qué tienes en tu casa.
Ella respondió:
—Tu sierva no tiene ninguna cosa en la casa, sino una vasija de aceite.
3 Él le dijo:
—Ve y pídeles vasijas prestadas a todos tus vecinos, vasijas vacías, todas las que puedas conseguir.4 Luego entra y enciérrate junto a tus hijos. Ve llenando todas las vasijas y poniendo aparte las que estén llenas.
5 Se fue la mujer y se encerró con sus hijos. Ellos le traían las vasijas y ella echaba del aceite.6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a uno de sus hijos:
—Tráeme otras vasijas.
—No hay más vasijas—respondió él.
Entonces cesó el aceite.7 Ella fue a contárselo al hombre de Dios, el cual dijo:
—Ve, vende el aceite y paga a tus acreedores; tú y tus hijos vivid de lo que quede.
Eliseo y la sunamita
2 R. 4.8-37 DHH NIV NBD NVI LBLA
8 Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem, y una mujer importante que allí vivía le invitó insistentemente a que se quedara a comer. Cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer.9 Entonces la mujer dijo a su marido:
—Mira, yo sé que este que siempre pasa por nuestra casa es un santo hombre de Dios.10 Te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, pongamos allí una cama, una mesa, una silla y un candelabro, para que cuando él venga a visitarnos, se quede en él.
11 Aconteció que un día vino él por allí, se quedó en aquel aposento y allí durmió.12 Entonces dijo a Giezi, su criado:
—Llama a esta sunamita.
El criado la llamó, y cuando ella se presentó ante él,13 Eliseo dijo a Giezi:
—Dile: “Ciertemente te has mostrado solícita hacia nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército?”.
—Yo habito en medio de mi pueblo—respondió ella.
14 —¿Qué, pues, haremos por ella?—dijo él.
Y Giezi respondió:
—Ella no tiene hijos y su marido es viejo.
15 —Llámala—dijo Eliseo.
Él la llamó y ella se paró en la puerta.16 Entonces Eliseo le dijo:
—El año que viene, por este tiempo, sostendrás un hijo en tus brazos.
Ella dijo:
—No, señor mío, varón de Dios, no te burles de tu sierva.
17 Al año siguiente, la mujer concibió y dio a luz un hijo, en el tiempo que Eliseo le había dicho.
18 Y el niño creció. Pero un día en que vino a ver a su padre, que estaba con los segadores,19 comenzó a gritarle:
—¡Ay, mi cabeza, mi cabeza!
—Llévalo a su madre—dijo el padre a un criado.
20 Este lo tomó y lo llevó a su madre, la cual lo tuvo sentado sobre sus rodillas hasta el mediodía, cuando murió.21 Subió ella entonces, lo puso sobre la cama del hombre de Dios y, cerrando la puerta, salió.22 Luego llamó a su marido y le dijo:
—Te ruego que envíes conmigo a alguno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo a ver al varón de Dios y regrese enseguida.
23 —¿Para qué vas a verlo hoy? No es luna nueva ni día de reposo—dijo él.
—Quédate tranquilo—respondió ella.
24 Después hizo ensillar el asna, y dijo al criado:
—Guía y adelante. No hagas que me detenga en el camino, sino cuando yo te lo diga.
25 Partió, pues, y llegó al monte Carmelo, donde estaba el varón de Dios. Cuando el varón de Dios la vio de lejos, dijo a su criado Giezi:
—Ahí viene la sunamita.26 Te ruego que vayas ahora corriendo a recibirla y le digas: “¿Te va bien a ti? ¿Les va bien a tu marido y a tu hijo?”.
—Bien—dijo ella.
27 Cuando llegó adonde estaba el varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Giezi se acercó para apartarla, pero el varón de Dios le dijo:
—Déjala, porque su alma está muy angustiada y Jehová me ha ocultado el motivo; no me lo ha revelado.
28 Ella dijo:
—¿Acaso le pedí yo un hijo a mi señor? ¿No te dije yo que no te burlaras de mí?
29 Eliseo dijo entonces a Giezi:
—Ciñe tu cintura, toma mi bastón en tu mano y ve. Si te encuentras con alguien, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le respondas. Luego pondrás mi bastón sobre el rostro del niño.
30 La madre del niño dijo:
—¡Vive Jehová y vive tu alma, que no te dejaré!
31 Eliseo se levantó entonces y la siguió. Giezi se había adelantado a ellos y había puesto el bastón sobre el rostro del niño, pero este no tenía voz ni daba señales de vida; así que volvió a encontrarse con Eliseo y le dijo:
—El niño no despierta.
32 Cuando Eliseo llegó a la casa, el niño ya estaba muerto, tendido sobre su cama.33 Entró él entonces, cerró la puerta detrás de ambos y oró a Jehová.34 Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas. Se tendió así sobre él y el cuerpo del niño entró en calor.35 Luego se levantó y se paseó por la casa de una a otra parte. Después subió y se tendió sobre el niño nuevamente. Entonces el niño estornudó siete veces y abrió sus ojos.36 Eliseo llamó a Giezi y le dijo: «Llama a la sunamita».
Giezi la llamó y, cuando ella entró, él le dijo:
«Toma tu hijo».
37 Apenas ella entró, se echó a sus pies, postrada en tierra. Después tomó a su hijo y salió.
Milagros en beneficio de los profetas
2 R. 4.38-44 DHH NIV NBD NVI LBLA
38 Eliseo volvió a Gilgal cuando había mucha hambre en la tierra. Los hijos de los profetas estaban con él, por lo que dijo a su criado: «Pon una olla grande y haz potaje para los hijos de los profetas».
39 Uno de ellos salió al campo a recoger hierbas, halló una como parra montés y llenó su falda de calabazas silvestres. Regresó y las rebanó en la olla del potaje, pues no sabía lo que era.40 Después sirvió para que comieran los hombres. Pero sucedió que al comer ellos de aquel guisado, empezaron a gritar:
—¡Hombre de Dios, hay muerte en esa olla!
Y no se lo pudieron comer.41 Entonces Eliseo dijo:
«Traed harina».
La esparció en la olla y dijo:
«Da de comer a la gente».
Y no había ya ningún mal en la olla.
42 Llegó entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al hombre de Dios primicias de pan, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y Eliseo dijo:
—Da a la gente para que coma.
43 Su sirviente respondió:
—¿Cómo podré servir esto a cien hombres?
Pero Eliseo insistió:
—Da a la gente para que coma, porque así ha dicho Jehová: “Comerán y sobrará”.
44 Entonces el criado les sirvió, ellos comieron y les sobró, conforme a la palabra de Jehová.
Julio 3
Eliseo y Naamán
2 R. 5.1-27 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Naamán, general del ejército del rey de Siria, era un hombre que gozaba de gran prestigio delante de su señor, quien lo tenía en alta estima, pues por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este un hombre valeroso en extremo, pero leproso.
2 De Siria habían salido bandas armadas que se llevaron cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual se quedó al servicio de la mujer de Naamán.
3 Esta dijo a su señora:
—Si rogara mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra.
4 Naamán fue y se lo relató a su señor diciendo: «Esto y esto ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel».5 Y el rey de Siria le respondió:
—Está bien, ve y yo enviaré una carta al rey de Israel.
Salió, pues, Naamán, llevando consigo diez talentos de plata, seis mil piezas de oro y diez mudas de vestidos,6 y también le llevó al rey de Israel una carta que decía: «Cuando recibas esta carta, sabrás por ella que yo te envío a mi siervo Naamán para que lo sanes de su lepra».
7 Luego que el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestidos y dijo: «¿Acaso soy yo Dios, que da vida y la quita, para que este me envíe a un hombre a que lo sane de su lepra? Considerad ahora y ved cómo busca ocasión contra mí».
8 Cuando Eliseo, el varón de Dios, oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: «¿Por qué has rasgado tus vestidos? Que venga a mí y sabrá que hay un profeta en Israel».
9 Llegó Naamán con sus caballos y su carro y se paró a las puertas de la casa de Eliseo.10 Entonces Eliseo le envió un mensajero a decirle: «Ve y lávate siete veces en el Jordán; tu carne se restaurará y serás limpio».
11 Naamán se fue enojado diciendo: «Yo que pensaba: “De seguro saldrá enseguida, y puesto en pie invocará el nombre de Jehová, su Dios, alzará su mano, tocará la parte enferma y sanará la lepra”.12 Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavo en ellos, ¿no quedaré limpio también?».
Y muy enojado se fue de allí.13 Pero sus criados se le acercaron y le dijeron:
—Padre mío, si el profeta te mandara hacer algo difícil, ¿no lo harías? ¿Cuánto más si solo te ha dicho: “Lávate y serás limpio”?
14 Descendió entonces Naamán y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios, y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio.15 Luego volvió con todos sus acompañantes adonde estaba el hombre de Dios, se presentó delante de él y le dijo:
—Ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas un presente de tu siervo.
16 Pero él dijo:
—¡Vive Jehová, en cuya presencia estoy!, que no lo aceptaré.
Y aunque le instaba a que aceptara alguna cosa, Eliseo no quiso.17 Entonces Naamán dijo:
—Te ruego, pues, ¿no se dará a tu siervo de esta tierra la carga de un par de mulas? Porque de aquí en adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses, sino a Jehová.18 En esto perdone Jehová a tu siervo: cuando mi señor, el rey, entre en el templo de Rimón para adorar allí, y se apoye sobre mi brazo, si yo también me inclino en el templo de Rimón, si hago tal cosa, que Jehová perdone en esto a tu siervo.
19 Eliseo le respondió:
—Ve en paz.
Se fue, pues, y caminó como media legua de tierra.20 Entonces Giezi, criado de Eliseo, el varón de Dios, pensó: «Mi señor ha dejado marchar a este sirio, Naamán, sin aceptar de sus manos las cosas que había traído. ¡Vive Jehová, que correré tras él a ver si obtengo alguna cosa!».
21 Siguió Giezi a Naamán, y cuando Naamán vio que venía corriendo detrás de él, se bajó del carro para recibirlo, y le preguntó:
—¿Va todo bien?
22 —Todo bien—respondió él—. Pero mi señor me envía a decirte: “Acaban de venir a verme de los montes de Efraín dos jóvenes de los hijos de los profetas; te ruego que les des un talento de plata y dos vestidos nuevos”.
23 Naamán dijo:
—Toma, por favor, los dos talentos.
Le insistió y ató los dos talentos de plata en dos bolsas, junto con dos vestidos nuevos, y lo dio todo a dos de sus criados para que lo llevaran a cuestas delante de Giezi.24 Cuando llegó a un lugar secreto, lo tomó de manos de ellos y lo guardó en la casa. Luego mandó a los hombres que se fueran.25 Entonces entró y se presentó ante su señor. Eliseo le dijo:
—¿De dónde vienes, Giezi?
—Tu siervo no ha ido a ninguna parte—respondió él.
26 Pero Eliseo insistió:
—Cuando aquel hombre descendió de su carro para recibirte, ¿no estaba también allí mi corazón? ¿Acaso es tiempo de tomar plata y tomar vestidos, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas?27 Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre.
Y salió de su presencia leproso, blanco como la nieve.
Eliseo recupera el hacha hundida
2 R. 6.1-7 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo:
—Mira, el lugar en que vivimos contigo es estrecho para nosotros.2 Vayamos ahora al Jordán, tomemos cada uno una viga y hagamos allí un lugar donde habitar.
—Id, pues—respondió Eliseo.
3 —Te rogamos que vengas con tus siervos—dijo uno.
—Iré—respondió él.
4 Se fue, pues, con ellos y, cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera.5 Pero aconteció que mientras uno derribaba un árbol se le cayó el hacha al agua, y gritó diciendo:
—¡Ah, señor mío, era prestada!
6 —¿Dónde cayó?—preguntó el varón de Dios.
Él le mostró el lugar. Entonces Eliseo cortó un palo, lo echó allí e hizo flotar el hacha.
7 —Recógela—dijo Eliseo.
El otro extendió la mano y la recogió.
Eliseo y los sirios
2 R. 6.8-23 DHH NIV NBD NVI LBLA
8 Estaba el rey de Siria en guerra contra Israel, y en consejo con sus siervos dijo: «En tal y tal lugar estará mi campamento».9 Entonces el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: «No pases por tal lugar, porque los sirios van hacia allá».10 De manera que el rey de Israel enviaba gente a aquel lugar que el varón de Dios le había dicho. Así lo hizo una y otra vez con el fin de cuidarse.
11 El corazón del rey de Siria se turbó por esto, así que llamó a sus siervos y les dijo:
—¿No me descubriréis vosotros quién de los nuestros está de parte del rey de Israel?
12 Uno de los siervos respondió:
—No, rey y señor mío; el profeta Eliseo, que está en Israel, es el que hace saber al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu habitación más secreta.
13 El rey ordenó:
—Id y ved dónde está, para que yo envíe a apresarlo.
Alguien le dijo:
—Está en Dotán.
14 Y el rey envió allí gente de a caballo, carros y un gran ejército, los cuales llegaron de noche y sitiaron la ciudad.15 El criado que servía al varón de Dios se levantó de mañana y salió. Al ver que el ejército tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros, dijo a Eliseo:
—¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?
16 Eliseo respondió:
—No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.
17 Y oró Eliseo, diciendo: «Te ruego, Jehová, que abras sus ojos para que vea». Jehová abrió entonces los ojos del criado, y este vio que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo.
18 Cuando los sirios descendían hacia él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: «Te ruego que hieras con ceguera a esta gente».
Y Jehová los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo.19 Después les dijo Eliseo:
«No es este el camino ni es esta la ciudad; seguidme y yo os guiaré al hombre que buscáis».
Y los guió a Samaria.20 Cuando llegaron a Samaria, dijo Eliseo: «Jehová, abre los ojos de estos para que vean». Jehová les abrió los ojos y vieron que se hallaban en medio de Samaria.21 Al verlos el rey de Israel, le preguntó a Eliseo:
—¿Los mataré, padre mío?
22 Él le respondió:
—No los mates. ¿Matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Sírveles pan y agua; que coman y beban, y que vuelvan a sus señores.
23 Entonces se les preparó una gran comida. Cuando hubieron comido y bebido, los despidió, y ellos volvieron a su señor. Y nunca más vinieron bandas armadas de Siria a la tierra de Israel.
Eliseo y el sitio de Samaria
2 R. 6.24-7.20 DHH NIV NBD NVI LBLA
24 Después de esto aconteció que Ben-adad, rey de Siria, reunió todo su ejército, subió y sitió a Samaria.25 A consecuencia de aquel sitio, hubo una gran hambruna en Samaria; tan duro era, que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.
26 Al pasar un día el rey de Israel por el muro, una mujer le gritó:
—Ayúdanos, rey y señor mío.
27 El rey respondió:
—Si no te salva Jehová, ¿con qué te puedo salvar yo? ¿Con lo del granero o del lagar?
28 Y añadió el rey:
—¿Qué tienes?
Ella respondió:
—Esta mujer me dijo: “Trae acá a tu hijo, nos lo comemos hoy y mañana comeremos al mío”.29 Cocimos, pues, a mi hijo, y nos lo comimos. Al día siguiente yo le dije: “Trae acá a tu hijo para que nos lo comamos”. Pero ella ha escondido a su hijo.
30 Cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos, pasó por el muro y el pueblo vio las ropas ásperas que traía ceñidas a su cuerpo.31 Y el rey exclamó: «Traiga Dios sobre mí el peor de los castigos, si la cabeza de Eliseo hijo de Safat queda hoy sobre sus hombros».
32 Eliseo estaba sentado en su casa, y con él estaban sentados los ancianos. El rey le había enviado un hombre, pero antes que el mensajero llegara, Eliseo dijo a los ancianos:
—¿No habéis visto cómo este hijo de homicida envía a cortarme la cabeza? Mirad, pues, cuando llegue el mensajero cerrad la puerta e impedidle entrar. ¿Acaso no se oye tras él el ruido de los pasos de su amo?
33 Aún estaba hablando con ellos, cuando el mensajero descendió adonde él estaba y le dijo:
—Ciertamente todo este mal viene de Jehová. ¿Qué puedo esperar ya de él?
1 Dijo entonces Eliseo:
—Oíd la palabra de Jehová: Así dijo Jehová: “Mañana a estas horas valdrá un siclo el seah de flor de harina, y un siclo dos seahs de cebada, a la puerta de Samaria”.
2 Un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios y le dijo:
—Si Jehová abriera ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así?
Él dijo:
—Tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello.
3 Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, y se decían los unos a los otros:
—¿Por qué estamos aquí esperando la muerte?4 Si tratamos de entrar en la ciudad, moriremos en ella, por el hambre que hay en la ciudad; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora y pasémonos al campamento de los sirios: si ellos nos dan la vida, viviremos, y si nos dan la muerte, moriremos.
5 Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios, y al llegar a la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie.6 Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyera estruendo de carros, ruido de caballos y el estrépito de un gran ejército, por lo que se dijeron unos a otros: «El rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios para que vengan a atacarnos».7 Así que se levantaron y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos y el campamento tal cual estaba. Huyeron para salvar sus vidas.8 Cuando los leprosos llegaron al límite del campamento, entraron en una tienda, comieron y bebieron, tomaron de allí plata, oro y vestidos, y fueron a esconderlos. Después volvieron, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron cosas que fueron a esconder.9 Luego se dijeron unos a otros:
—No estamos haciendo bien. Hoy es día de buenas noticias y nosotros callamos. Si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la noticia en la casa del rey.
10 Fueron, pues, llamaron a los guardias de la puerta de la ciudad, y les gritaron diciendo:
«Nosotros fuimos al campamento de los sirios y no había allí nadie, ni se oía ninguna voz humana; solo estaban los caballos atados, los asnos también atados y el campamento intacto».
11 Los porteros gritaron y lo anunciaron dentro, en el palacio del rey.12 Se levantó el rey de noche y dijo a sus siervos:
—Os voy a decir lo que nos han hecho los sirios. Ellos saben que tenemos hambre, han salido de las tiendas y se han escondido en el campo, pensando: “Cuando hayan salido de la ciudad, los tomaremos vivos y entraremos en ella”.
13 Entonces uno de sus siervos propuso:
—Tomen ahora cinco de los caballos que han quedado en la ciudad (porque los que quedan acá también perecerán, como toda la multitud de Israel que ya ha perecido). Los enviaremos para ver qué pasa.
14 Tomaron, pues, dos caballos de un carro y los envió el rey al campamento de los sirios, diciendo: «Id y ved».15 Ellos los siguieron hasta el Jordán y vieron que todo el camino estaba lleno de vestidos y enseres que los sirios habían arrojado por la premura. Regresaron los mensajeros y lo hicieron saber al rey.16 Entonces el pueblo salió y saqueó el campamento de los sirios. Y, conforme a la palabra de Jehová, fue vendido un seah de flor de harina por un siclo, y dos seahs de cebada por un siclo.
17 El rey había puesto a la puerta a aquel príncipe sobre cuyo brazo él se apoyaba, pero el pueblo lo atropelló a la entrada, y murió, conforme a lo que había dicho el varón de Dios cuando el rey descendió a él.
18 Aconteció, pues, de la manera que el varón de Dios había anunciado al rey, al decir: «Serán vendidos por un siclo dos seahs de cebada, y el seah de flor de harina será vendido por un siclo mañana a estas horas, a la puerta de Samaria».19 A lo cual aquel príncipe había respondido al varón de Dios: «Si Jehová abriera ventanas en el cielo, ¿pudiera suceder esto?». Y él le había dicho: «Tú lo verás con tus ojos, pero no comerás de ello».20 Y así le sucedió, porque el pueblo lo atropelló a la entrada, y murió.
Julio 4
La sunamita recupera sus bienes
2 R. 8.1-6 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Habló Eliseo con aquella mujer a cuyo hijo él había revivido, y le dijo: «Levántate, vete tú y toda tu casa a vivir donde puedas, porque Jehová ha llamado al hambre, la cual vendrá sobre la tierra por siete años».2 Entonces la mujer se levantó e hizo como el varón de Dios le dijo: ella y su familia se fueron a vivir durante siete años a tierra de los filisteos.3 Cuando pasaron los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos, y fue a implorar al rey por su casa y por sus tierras.4 El rey estaba hablando con Giezi, criado del varón de Dios, y le decía: «Te ruego que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo».5 Y mientras Giezi le contaba al rey cómo había revivido a un muerto, llegó la mujer a cuyo hijo él había revivido, para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: «Rey y señor mío, esta es la mujer y este es su hijo, al cual Eliseo revivió».
6 El rey preguntó a la mujer y ella se lo contó. Entonces el rey le ordenó a un oficial: «Haz que le devuelvan todas las cosas que eran suyas y todos los frutos de sus tierras, desde el día que dejó el país hasta ahora».
Ben-adad y Hazael
2 R. 8.7-15 DHH NIV NBD NVI LBLA
7 Luego Eliseo se fue a Damasco. Ben-adad, rey de Siria, estaba enfermo, y le avisaron: «El varón de Dios ha venido aquí».8 Entonces el rey dijo a Hazael: «Toma en tus manos un presente, ve a recibir al varón de Dios y consulta por medio de él a Jehová, preguntando: “¿Sanaré de esta enfermedad?”».
9 Tomó, pues, Hazael en sus manos un presente de entre los bienes de Damasco, cargados en cuarenta camellos, y fue a su encuentro. Al llegar, se detuvo ante él y le dijo:
—Tu hijo Ben-adad, rey de Siria, me ha enviado a preguntarte: “¿Sanaré de esta enfermedad?”.
10 Eliseo le dijo:
—Ve y dile: “Seguramente sanarás”. Sin embargo, Jehová me ha revelado que ciertamente morirá.
11 El varón de Dios lo miró fijamente y estuvo así hasta hacer que se ruborizara. Luego el varón de Dios se echó a llorar.12 Entonces Hazael le preguntó:
—¿Por qué llora mi señor?
Él respondió:
—Porque sé el mal que vas a hacer a los hijos de Israel: Pegarás fuego a sus fortalezas, a sus jóvenes matarás a espada, estrellarás a sus niños y abrirás el vientre a las mujeres que estén encintas.
13 Hazael dijo:
—Pues, ¿qué es tu siervo, este perro, para que haga tan grandes cosas?
Eliseo respondió:
—Jehová me ha revelado que tú serás rey de Siria.
14 Hazael se fue y se presentó ante su señor, el cual le preguntó:
—¿Qué te ha dicho Eliseo?
Él respondió:
—Me dijo que seguramente sanarás.
15 Pero al día siguiente tomó un paño, lo metió en agua y lo puso sobre el rostro de Ben-adad, el cual murió. En su lugar reinó Hazael.
Muerte de Josafat
1 R. 22.50 DHH NIV NBD NVI LBLA
50 Josafat durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de David, su padre. En su lugar reinó su hijo Joram.
848-841 a.C. Reinado de Joram en Judá
2 Cr. 21.1-20 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Durmió Josafat con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en la Ciudad de David. Reinó en su lugar Joram, su hijo,2 quien tuvo por hermanos, hijos de Josafat, a Azarías, Jehiel, Zacarías, Azarías, Micael y Sefatías. Todos estos fueron hijos de Josafat, rey de Judá.3 Su padre les había dado muchos regalos de oro y de plata, cosas preciosas, y ciudades fortificadas en Judá; pero entregó el reino a Joram, porque él era el primogénito.4 Fue elevado, pues, Joram al reino de su padre. Luego que se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos y también a algunos de los príncipes de Israel.5 Cuando comenzó a reinar tenía treinta y dos años de edad, y reinó ocho años en Jerusalén.6 Pero anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab, porque tenía por mujer a la hija de Acab, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová.7 Pero Jehová no quiso destruir la casa de David, a causa del pacto que había hecho con David, y porque le había dicho que le daría una lámpara a él y a sus hijos perpetuamente.
8 En sus días se rebeló Edom contra el dominio de Judá, y proclamó su propio rey.9 Entonces pasó Joram con sus príncipes, y todos sus carros; se levantó de noche y derrotó a los edomitas que le habían sitiado, y a todos los comandantes de sus carros.10 No obstante, Edom se libertó del dominio de Judá hasta el día de hoy. Por ese mismo tiempo Libna se libertó también de su dominio, por cuanto Joram había abandonado a Jehová, el Dios de sus padres.
11 Además de esto, construyó lugares altos en los montes de Judá, e incitó a los habitantes de Jerusalén a la prostitución, y empujó a ella a Judá.12 Le llegó una carta del profeta Elías que decía: «Jehová, el Dios de tu padre David, ha dicho así: “Por cuanto no has andado en los caminos de Josafat, tu padre, ni en los caminos de Asa, rey de Judá,13 sino que has andado en el camino de los reyes de Israel, y has hecho que Judá y los habitantes de Jerusalén forniquen, como fornicó la casa de Acab; y además has dado muerte a tus hermanos, a la familia de tu padre, los cuales eran mejores que tú;14 Jehová herirá a tu pueblo con una gran plaga, a tus hijos, a tus mujeres y a todo cuanto tienes;15 tú mismo padecerás muchas enfermedades, y una dolencia tal de tus intestinos, que se te saldrán a causa de tu persistente enfermedad”».
16 Entonces Jehová despertó contra Joram la ira de los filisteos y de los árabes que estaban junto a los etíopes,17 que subieron contra Judá, invadieron la tierra y tomaron todos los bienes que hallaron en la casa del rey, a sus hijos y a sus mujeres; y no le quedó más hijo sino solamente Joacaz, el menor de ellos.18 Después de todo esto, Jehová lo hirió con una enfermedad incurable en los intestinos.19 Y aconteció que al pasar muchos días, al cabo de dos años, los intestinos se le salieron por la enfermedad, y murió así de enfermedad muy penosa. Y no encendieron fuego en su honor, como lo habían hecho con sus padres.20 Cuando comenzó a reinar tenía treinta y dos años de edad, y reinó en Jerusalén durante ocho años. Murió sin que nadie lo llorara y lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.
2 R. 8.16-24 DHH NIV NBD NVI LBLA
16 En el quinto año de Joram hijo de Acab, rey de Israel, comenzó a reinar Joram hijo de Josafat, rey de Judá. Hasta entonces Josafat había sido rey de Judá.17 Tenía Joram treinta y dos años cuando comenzó a reinar y reinó ocho años en Jerusalén.18 Anduvo en el camino de los reyes de Israel, como había hecho la casa de Acab, porque una hija de Acab fue su mujer, así que hizo lo malo ante los ojos de Jehová.19 Con todo, Jehová no quiso destruir a Judá, por amor a David, su siervo, pues había prometido darles una lámpara a él y a sus hijos para siempre.
20 En tiempos de Joram se rebeló Edom contra el dominio de Judá y proclamaron su propio rey.21 Joram, con todos sus carros, pasó por tanto a Zair. Se levantó por la noche y atacó a los de Edom, los cuales lo habían sitiado junto con los capitanes de los carros, pero el pueblo huyó a sus tiendas.22 No obstante, Edom se liberó del dominio de Judá, hasta hoy. En aquel tiempo también se rebeló Libna.
23 Los demás hechos de Joram y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?24 Joram durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de David. En su lugar reinó Ocozías, su hijo.
841 a.C. Reinado de Ocozías en Judá
2 Cr. 22.1-6 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Los habitantes de Jerusalén hicieron rey en lugar de Joram a Ocozías, su hijo menor; porque una banda armada que había venido con los árabes al campamento, había matado a todos los mayores, por lo cual reinó Ocozías hijo de Joram, rey de Judá.2 Cuando Ocozías comenzó a reinar tenía cuarenta y dos años de edad, y reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre era Atalía, hija de Omri.
3 También él anduvo en los caminos de la casa de Acab, pues su madre le aconsejaba a que actuara impíamente.4 Hizo, pues, lo malo ante los ojos de Jehová, como la casa de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos le aconsejaron para su perdición.5 Y él anduvo en los consejos de ellos, y fue a la guerra con Joram hijo de Acab, rey de Israel, contra Hazael, rey de Siria, a Ramot de Galaad, donde los sirios hirieron a Joram.6 Y volvió para curarse en Jezreel de las heridas que le habían hecho en Ramot, peleando contra Hazael, rey de Siria. Y descendió Ocozías hijo de Joram, rey de Judá, para visitar a Joram hijo de Acab en Jezreel, porque estaba enfermo allí.
2 R. 8.25-29 DHH NIV NBD NVI LBLA
25 En el año doce de Joram hijo de Acab, rey de Israel, comenzó a reinar Ocozías hijo de Joram, rey de Judá.26 Ocozías tenía veintidós años cuando comenzó a reinar y reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre fue Atalía, hija de Omri, rey de Israel.27 Anduvo en el camino de la casa de Acab, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como la casa de Acab, porque era yerno de la casa de Acab.
28 Partió con Joram hijo de Acab para hacer la guerra a Hazael, rey de Siria, en Ramot de Galaad, pero los sirios hirieron a Joram.29 El rey Joram regresó a Jezreel para curarse de las heridas que los sirios le hicieron frente a Ramot, cuando peleaba contra Hazael, rey de Siria. Como Joram hijo de Acab estaba enfermo, Ocozías hijo de Joram, rey de Judá, descendió a visitarlo en Jezreel.
841-814 a.C. Reinado de Jehú en Israel
Jehú es ungido rey de Israel
2 R. 9.1-13 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Entonces el profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas y le dijo: «Ciñe tu cintura, toma esta redoma de aceite en tus manos y ve a Ramot de Galaad.2 Cuando llegues allá, verás allí a Jehú hijo de Josafat hijo de Nimsi. Entra, haz que se levante de entre sus hermanos y llévalo a otra habitación.3 Toma luego la redoma de aceite, derrámala sobre su cabeza y di: “Así dice Jehová: Yo te he ungido como rey de Israel”. Entonces abre la puerta y echa a correr sin detenerte».
4 Partió, pues, el joven profeta hacia Ramot de Galaad.5 Cuando llegó, los jefes del ejército estaban reunidos. Entonces dijo:
—Jefe, tengo que decirte una palabra.
—¿A cuál de todos nosotros?—preguntó Jehú.
—A ti, jefe—respondió el profeta.
6 Jehú se levantó y entró en la casa. Entonces el otro derramó el aceite sobre su cabeza y le dijo:
—Así dijo Jehová, Dios de Israel: “Yo te he ungido como rey del pueblo de Jehová, de Israel.7 Herirás la casa de Acab, tu señor, para que yo vengue la sangre de mis siervos los profetas y la sangre de todos los siervos de Jehová, derramada por la mano de Jezabel.8 Toda la casa de Acab perecerá y exterminaré a todo varón de Acab en Israel, tanto al siervo como al libre.9 Trataré a la casa de Acab como a la casa de Jeroboam hijo de Nabat y como a la casa de Baasa hijo de Ahías.10 A Jezabel se la comerán los perros en el campo de Jezreel y no habrá quien la sepulte”.
En seguida abrió la puerta y echó a correr.11 Cuando Jehú salió a reunirse con los siervos de su señor, estos le dijeron:
—¿Todo va bien? ¿Para qué vino a verte ese loco?
—Vosotros conocéis a ese hombre y lo que dijo—respondió él.
12 —Mentira; cuéntanoslo ahora—dijeron ellos.
Jehú respondió:
—Esto y esto me ha hablado: “Así ha dicho Jehová: ‘Yo te he ungido como rey de Israel’ ”.
13 Entonces cada uno tomó apresuradamente su manto y lo puso debajo de Jehú en un trono alto. Luego tocaron la bocina y gritaron: «Jehú es el rey».
Jehú mata a Joram
2 R. 9.14-26 DHH NIV NBD NVI LBLA
14 Así conspiró Jehú hijo de Josafat hijo de Nimsi, contra Joram. (Estaba entonces Joram defendiendo a Ramot de Galaad con todo Israel, a causa de Hazael, rey de Siria.15 Pero el rey Joram había vuelto a Jezreel para curarse de las heridas que los sirios le habían hecho cuando peleaba contra Hazael, rey de Siria.) Y Jehú dijo: «Si esta es vuestra voluntad, ninguno escape de la ciudad para ir a dar la noticia en Jezreel».16 Jehú cabalgó entonces y se fue a Jezreel, porque Joram estaba allí enfermo. También estaba allí Ocozías, rey de Judá, que había descendido a visitar a Joram.17 El atalaya que estaba en la torre de Jezreel vio la tropa de Jehú que venía, y dijo:
—Veo una tropa.
Joram dijo:
—Ordena a un jinete que vaya a reconocerlos y les pregunte: “¿Vienen en son de paz?”.
18 Fue, pues, el jinete a reconocerlos y les preguntó:
—El rey dice: “¿Vienen en son de paz?”.
Jehú le dijo:
—¿Qué tienes tú que ver con la paz? Ponte detrás de mí.
Luego el atalaya avisó diciendo:
—El mensajero llegó hasta ellos, pero no vuelve.
19 Entonces el rey envió otro jinete, que al llegar adonde estaban ellos, dijo:
—El rey dice así: “¿Vienen en son de paz?”.
Y Jehú respondió:
—¿Qué tienes tú que ver con la paz? Ponte detrás de mí.
20 El atalaya volvió a decir:
—También este llegó hasta ellos, pero no vuelve, y el marchar del que viene es como el marchar de Jehú hijo de Nimsi, pues viene impetuosamente.
21 Entonces dijo Joram:
—Unce el carro.
Cuando estaba uncido su carro, salieron Joram, rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, cada uno en su carro, y partieron al encuentro de Jehú, al cual hallaron en la heredad de Nabot, el de Jezreel.22 Cuando vio Joram a Jehú, dijo:
—¿Vienes en son paz, Jehú?
Él respondió:
—¿Qué paz puede haber con las fornicaciones de Jezabel, tu madre, y sus muchas hechicerías?
23 Entonces Joram volvió las riendas y huyó, mientras le gritaba a Ocozías:
—¡Traición, Ocozías!
24 Pero Jehú tensó su arco e hirió a Joram por la espalda; la flecha le atravesó el corazón y él cayó en su carro.25 Dijo luego Jehú a Bidcar, su capitán: «Levántalo y échalo a un extremo de la heredad de Nabot, el de Jezreel. Acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos con la gente de Acab, su padre, Jehová pronunció esta sentencia sobre él:26 “Yo he visto ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos, dijo Jehová, y en esta misma heredad te daré tu paga, dijo Jehová”. Levántalo pues, ahora, y échalo en la heredad de Nabot, conforme a la palabra de Jehová».
Jehú mata a Ocozías
2 Cr. 22.7-9 DHH NIV NBD NVI LBLA
7 Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuera destruido al ir a visitar a Joram. Tan pronto llegó, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, al cual Jehová había ungido para que exterminara a la familia de Acab.8 Mientras Jehú hacía juicio contra la casa de Acab, halló a los príncipes de Judá y a los hijos de los hermanos de Ocozías, que servían a Ocozías, y los mató.9 Buscó luego a Ocozías, el cual se había escondido en Samaria. Lo hallaron, lo trajeron a Jehú y lo mataron; pero le dieron sepultura, pues decían: «Es hijo de Josafat, quien de todo su corazón buscó a Jehová». Y la casa de Ocozías no tenía fuerzas para retener el reino.
2 R. 9.27-29 DHH NIV NBD NVI LBLA
27 Al ver esto Ocozías, rey de Judá, huyó por el camino de la casa del huerto. Pero Jehú lo persiguió diciendo: «Herid también a este que va en el carro».
Lo hirieron a la subida de Gur, junto a Ibleam. Pero Ocozías huyó a Meguido, y allí murió.
28 Sus siervos lo llevaron en un carro a Jerusalén y allá lo sepultaron con sus padres, en su sepulcro de la ciudad de David.
29 En el undécimo año de Joram hijo de Acab comenzó a reinar Ocozías sobre Judá.
Julio 5
Muerte de Jezabel
2 R. 9.30-37 DHH NIV NBD NVI LBLA
30 Después se fue Jehú a Jezreel. Al enterarse Jezabel, se pintó los ojos con antimonio, atavió su cabeza y se asomó a una ventana.31 Y cuando entraba Jehú por la puerta, ella dijo:
—¿Todo le va bien a Zimri, asesino de su señor?
32 Alzó él entonces su rostro hacia la ventana y dijo:
—¿Quién está conmigo? ¿quién?
Se inclinaron hacia él dos o tres eunucos.33 Y Jehú les ordenó:
—Echadla abajo.
Ellos la echaron, y parte de su sangre salpicó la pared y los caballos. Y él la atropelló.34 Entró luego Jehú, y después que comió y bebió, dijo:
—Id ahora a ver a aquella maldita y sepultadla, pues es hija de rey.
35 Pero cuando fueron a sepultarla no hallaron de ella más que la calavera, los pies y las palmas de las manos.36 Entonces regresaron a comunicárselo. Y él dijo:
—Esta es la palabra que Dios pronunció por medio de su siervo Elías, el tisbita: “En la heredad de Jezreel se comerán los perros las carnes de Jezabel.37 El cuerpo de Jezabel será como estiércol sobre la superficie del campo en la heredad de Jezreel, de manera que nadie pueda decir: ‘Esta es Jezabel’ ”.
Jehú extermina la casa de Acab
2 R. 10.1-17 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Acab tenía en Samaria setenta hijos, así que Jehú escribió cartas y las envió a Samaria a los principales de Jezreel, a los ancianos y a los tutores de los hijos de Acab, diciendo:2 «Inmediatamente que lleguen estas cartas a vosotros, como tenéis a los hijos de vuestro señor, y también tenéis carros y gente de a caballo, la ciudad fortificada y las armas,3 escoged al mejor y al más recto de los hijos de vuestro señor, ponedlo en el trono de su padre y pelead por la casa de vuestro señor».
4 Pero ellos tuvieron gran temor y dijeron: «Si dos reyes no pudieron resistirle, ¿cómo le resistiremos nosotros?».
5 Entonces el mayordomo, el gobernador de la ciudad, los ancianos y los tutores enviaron a decir a Jehú: «Siervos tuyos somos y haremos todo lo que nos mandes. No elegiremos como rey a ninguno, haz lo que bien te parezca».
6 Les escribió por segunda vez diciendo: «Si estáis de mi parte y queréis obedecerme, tomad las cabezas de los hijos varones de vuestro señor y venid a verme a Jezreel mañana a esta hora».
Los setenta hijos varones del rey estaban con los principales de la ciudad, que los criaban.7 Cuando recibieron las cartas, tomaron a los hijos del rey y degollaron a los setenta varones; pusieron sus cabezas en canastas y se las enviaron a Jezreel.8 Y llegó un mensajero a darle la noticia diciendo:
—Han traído las cabezas de los hijos del rey.
Él le respondió:
—Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta, hasta la mañana.
9 A la mañana siguiente salió Jehú y, puesto en pie, dijo a todo el pueblo: «Vosotros sois inocentes. Fui yo quien conspiró contra mi señor y le dio muerte; pero, ¿quién ha dado muerte a todos estos?10 Sabed ahora que de la palabra que Jehová habló sobre la casa de Acab nada caerá en tierra, y que Jehová ha cumplido lo que dijo por medio de su siervo Elías».
11 Mató entonces Jehú a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, a todos sus príncipes, a todos sus familiares y a sus sacerdotes, hasta que no quedó ninguno.
12 Luego se levantó de allí para ir a Samaria, y en el camino llegó a una casa de esquileo, de los pastores.13 Halló allí a los hermanos de Ocozías, rey de Judá, y les preguntó:
—¿Quiénes sois vosotros?
Ellos respondieron:
—Somos hermanos de Ocozías y hemos venido a saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina.
14 Entonces él dijo:
«Apresadlos vivos».
Después que los tomaron vivos, los degollaron junto al pozo de la casa de esquileo. Eran cuarenta y dos varones, y no quedó ninguno de ellos.
15 Cuando partió de allí, se encontró con Jonadab hijo de Recab. Después que lo hubo saludado, le dijo:
—¿Es tan recto tu corazón como el mío lo es con el tuyo?
—Lo es—respondió Jonadab.
—Puesto que lo es, dame la mano.
Jonadab le dio la mano. Luego lo hizo subir consigo en el carro16 y le dijo:
—Ven conmigo y verás mi celo por Jehová.
Lo llevó, pues, en su carro.17 Luego que Jehú llegó a Samaria, mató a todos los descendientes de Acab que allí habían quedado, hasta exterminarlos, conforme a la palabra que Jehová había anunciado por medio de Elías.
Jehú extermina el culto a Baal
2 R. 10.18-36 DHH NIV NBD NVI LBLA
18 Después reunió Jehú a todo el pueblo y les dijo: «Acab sirvió poco a Baal, pero Jehú lo servirá mucho.19 Llamadme, pues, a todos los profetas de Baal, a todos sus siervos y a todos sus sacerdotes, sin que falte ninguno, porque tengo un gran sacrificio que hacer a Baal y cualquiera que falte morirá».
Esto hacía Jehú con astucia, para exterminar a los que honraban a Baal.20 Luego dijo Jehú:
«Santificad un día solemne a Baal».
Y ellos lo convocaron.21 Entonces envió Jehú mensajeros por todo Israel, y vinieron todos los adoradores de Baal, de tal manera que no hubo ninguno que no viniera. Entraron en el templo de Baal, y el templo de Baal se llenó de extremo a extremo.22 Dijo entonces al encargado de las vestiduras: «Saca las vestiduras para todos los adoradores de Baal».
Él les sacó las vestiduras.23 Y entró Jehú con Jonadab hijo de Recab en el templo de Baal, y dijo a los adoradores de Baal: «Mirad y ved que no haya aquí entre vosotros alguno de los adoradores de Jehová, sino sólo los adoradores de Baal».
24 Cuando ellos entraron para ofrecer sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera a ochenta hombres y les advirtió: «Cualquiera que deje vivo a alguno de los hombres que yo he puesto en vuestras manos, lo pagará con su vida».
25 Después que ellos acabaron de ofrecer el holocausto, Jehú dijo a los de su guardia y a los capitanes: «Entrad y matadlos; que no escape ninguno».
Los de la guardia y los capitanes los mataron a espada y los dejaron tendidos. Luego fueron hasta el lugar santo del templo de Baal,26 sacaron las estatuas del templo de Baal y las quemaron.27 Quebraron la estatua de Baal, derribaron el templo de Baal y lo convirtieron en letrinas hasta hoy.
28 Así Jehú exterminó a Baal de Israel.29 Con todo eso, Jehú no se apartó de los pecados con que Jeroboam hijo de Nabat hizo pecar a Israel, y dejó en pie los becerros de oro que estaban en Bet-el y en Dan.
30 Y Jehová dijo a Jehú: «Por cuanto has obrado bien haciendo lo recto delante de mis ojos e hiciste a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta generación».
31 Pero Jehú no se cuidó de andar en la ley de Jehová, Dios de Israel, con todo su corazón, ni se apartó de los pecados con que Jeroboam había hecho pecar a Israel.
32 En aquellos días comenzó Jehová a cercenar el territorio de Israel. Hazael los derrotó en todas las fronteras,33 desde el oriente del Jordán, por toda la tierra de Galaad, de Gad, de Rubén y de Manasés, desde Aroer, que está junto al arroyo Arnón, hasta Galaad y Basán.
34 Los demás hechos de Jehú, todo lo que hizo y toda su valentía, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?35 Durmió Jehú con sus padres y lo sepultaron en Samaria. En su lugar reinó Joacaz, su hijo.36 El tiempo que reinó Jehú sobre Israel en Samaria fue de veintiocho años.
841-835 a.C. Reinado de Atalía en Judá
Atalía usurpa el trono
2 Cr. 22.10-23.21 DHH NIV NBD NVI LBLA
10 Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, se levantó y exterminó a toda la descendencia real de la casa de Judá.11 Pero Josabet, hija del rey, tomó a Joás hijo de Ocozías, y escondiéndolo de entre los demás hijos del rey, a los cuales mataban, lo guardó a él y a su nodriza en uno de los aposentos. Así lo escondió Josabet, hija del rey Joram, mujer del sacerdote Joiada (porque ella era hermana de Ocozías), de la vista de Atalía, y no lo mataron.12 Seis años estuvo escondido con ellos en la casa de Dios. Entre tanto, Atalía reinaba en el país.
1 En el séptimo año se animó Joiada y concertó una alianza con los jefes de centenas: Azarías hijo de Jeroham, Ismael hijo de Johanán, Azarías hijo de Obed, Maasías hijo de Adaía y Elisafat hijo de Zicri,2 los cuales recorrieron el país de Judá, y reunieron a los levitas de todas las ciudades de Judá y a los príncipes de las familias de Israel y vinieron a Jerusalén.3 Toda la multitud hizo pacto con el rey en la casa de Dios. Y Joiada les dijo: «Aquí está el hijo del rey, que ha de reinar, como dijo Jehová respecto a los hijos de David.4 Ahora haced esto: una tercera parte de vosotros, los que entran el sábado, estarán de porteros con los sacerdotes y los levitas.5 Otra tercera parte estará en la casa del rey; y la otra tercera parte, se quedará a la puerta del Cimiento; y todo el pueblo estará en los patios de la casa de Jehová.6 Y ninguno entre en la casa de Jehová, sino los sacerdotes y levitas que ministran; estos entrarán, porque están consagrados; y todo el pueblo hará guardia delante de Jehová.7 Y los levitas rodearán al rey por todas partes, y cada uno tendrá sus armas en la mano; cualquiera que entre en la casa, que muera; y estaréis con el rey cuando entre y cuando salga».
8 Los levitas y todo Judá lo hicieron todo como lo había mandado el sacerdote Joiada; y tomó cada jefe a los suyos, los que entraban el sábado, y los que salían el sábado; porque el sacerdote Joiada no dio licencia a las compañías.9 Dio también el sacerdote Joiada a los jefes de centenas las lanzas, los paveses y los escudos que habían sido del rey David, y que estaban en la casa de Dios;10 y puso en orden a todo el pueblo, teniendo cada uno su espada en la mano, desde el rincón derecho del Templo hasta el izquierdo, hacia el altar y la Casa, alrededor del rey por todas partes.11 Entonces sacaron al hijo del rey, le pusieron la corona y el Testimonio, y lo proclamaron rey; Joiada y sus hijos lo ungieron y gritaron: «¡Viva el rey!».
12 Cuando Atalía oyó el estruendo de la gente que corría y de los que aclamaban al rey, vino a la casa de Jehová, donde estaba el pueblo;13 miró y vio al rey que estaba junto a la columna, a la entrada, y a los príncipes y los trompeteros junto al rey, a todo el pueblo de la tierra, lleno de alegría, que tocaba bocinas, y a los cantores que, con instrumentos de música, dirigían la alabanza. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y dijo: «¡Traición! ¡Traición!».
14 Pero el sacerdote Joiada mandó que salieran los jefes de centenas del ejército, y les ordenó: «Sacadla fuera del recinto, y al que la siga, matadlo a filo de espada»; porque el sacerdote había mandado que no la mataran en la casa de Jehová.15 Así pues, ellos le echaron mano, y cuando hubo pasado la entrada de la puerta de los caballos de la casa del rey, allí la mataron.
16 Entonces Joiada pactó con todo el pueblo y el rey, que serían el pueblo de Jehová.17 Después de esto entró todo el pueblo en el templo de Baal y lo derribaron; también rompieron sus altares, hicieron pedazos sus imágenes y mataron delante de los altares a Matán, sacerdote de Baal.18 Luego puso Joiada una guardia en la casa de Jehová, bajo las órdenes de los sacerdotes y levitas, según David los había distribuido en la casa de Jehová, para ofrecer a Jehová los holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés, con gozo y con cánticos, conforme a la disposición de David.19 Puso también porteros en las puertas de la casa de Jehová, para que por ninguna vía entrara ninguno que estuviera impuro.
20 Llamó después a los jefes de centenas y a los principales, a los que gobernaban al pueblo y a todo el pueblo de la tierra, para conducir al rey desde la casa de Jehová. Cuando llegaron a la mitad de la puerta mayor de la casa del rey, sentaron al rey sobre el trono del reino.21 Y se regocijó todo el pueblo del país; y la ciudad estuvo tranquila después que mataron a Atalía a filo de espada.
2 R. 11.1-21 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, se levantó y destruyó toda la descendencia real.2 Pero Josaba, hija del rey Joram, hermana de Ocozías, tomó a Joás hijo de Ocozías y lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey a quienes estaban matando, y junto con su nodriza lo ocultó de Atalía en el dormitorio, y de esta forma no lo mataron.3 Seis años estuvo escondido con ella en la casa de Jehová, mientras Atalía reinaba sobre el país.
4 Pero al séptimo año envió a llamar Joiada a los jefes de centena, capitanes y gente de la guardia, los metió consigo en la casa de Jehová. Hizo con ellos una alianza bajo juramento en la casa de Jehová, y les mostró al hijo del rey.5 Luego les mandó: «Esto es lo que habéis de hacer: la tercera parte de vosotros estará de guardia de la casa del rey el sábado.6 Otra tercera parte estará a la puerta de Shur, y la otra tercera parte a la puerta del cuartel de la guardia; así guardaréis la casa, para que no sea allanada.7 Pero las dos secciones de vosotros que salen de guardia el sábado tendréis la guardia de la casa de Jehová, junto al rey.8 Estaréis alrededor del rey por todos lados, cada uno con sus armas en la mano, y cualquiera que penetre en las filas, morirá. Acompañaréis al rey cuando salga y cuando entre».
9 Los jefes de centenas hicieron todo como el sacerdote Joiada les había mandado. Cada uno tomó a los suyos, esto es, a los que entraban el sábado y a los que salían el sábado, y vinieron junto al sacerdote Joiada.10 El sacerdote dio a los jefes de centena las lanzas y los escudos que habían pertenecido al rey David y estaban en la casa de Jehová.11 Los de la guardia se pusieron en fila, cada uno con sus armas en la mano, desde el lado derecho hasta el lado izquierdo de la Casa, junto al altar y el Templo, alrededor del rey.12 Sacó entonces Joiada al hijo del rey, le puso la corona y el Testimonio, y ungiéndolo lo hicieron rey. Luego batieron palmas y gritaron: «¡Viva el rey!».
13 Cuando Atalía oyó el estruendo del pueblo que corría, entró al templo de Jehová, donde estaban todos.14 Miró y vio al rey, que estaba junto a la columna, conforme a la costumbre, a los príncipes y los trompeteros junto al rey, y a todo el pueblo del país que se regocijaba y tocaba las trompetas. Entonces Atalía, rasgando sus vestidos, clamó a voz en cuello: «¡Traición, traición!».
15 Pero el sacerdote Joiada ordenó a los jefes de centena que gobernaban el ejército: «Sacadla fuera del recinto del Templo, y al que la siga, matadlo a espada».
Como el sacerdote había dicho que no la mataran en el templo de Jehová,16 le abrieron paso y la mataron en el camino por donde entran los de a caballo a la casa del rey.
17 Entonces Joiada hizo un pacto entre Jehová, el rey y el pueblo, que sería el pueblo de Jehová; asimismo entre el rey y el pueblo.18 Luego todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal y lo derribaron. También despedazaron completamente sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán, sacerdote de Baal, delante de los altares. Después el sacerdote puso una guardia en la casa de Jehová,19 tomó a los jefes de centenas, los capitanes, la guardia y todo el pueblo del país, y llevaron al rey, por el camino de la puerta de la guardia, desde la casa de Jehová hasta la casa del rey. Y se sentó Joás en el trono de los reyes.20 Todo el pueblo de la tierra se regocijó. Y como Atalía había muerto a espada junto a la casa del rey, la ciudad permaneció tranquila.
21 Siete años tenía Joás cuando comenzó a reinar.
Julio 6
835-796 a.C. Reinado de Joás en Judá
2 Cr. 24.1-19 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Siete años tenía Joás cuando comenzó a reinar, y cuarenta años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba.2 E hizo Joás lo recto ante los ojos de Jehová todos los días de Joiada, el sacerdote.3 Joiada lo hizo casar con dos mujeres, y engendró hijos e hijas.
4 Después de esto, aconteció que Joás decidió restaurar la casa de Jehová.5 Reunió a los sacerdotes y a los levitas, y les dijo: «Salid por las ciudades de Judá y recoged dinero de todo Israel, para que cada año sea reparada la casa de vuestro Dios; y vosotros poned diligencia en el asunto». Pero los levitas no pusieron diligencia.6 Por lo cual el rey llamó al sumo sacerdote Joiada y le dijo: «¿Por qué no has procurado que los levitas traigan de Judá y de Jerusalén la ofrenda que Moisés, siervo de Jehová, impuso a la congregación de Israel para el tabernáculo del Testimonio?».7 Pues la impía Atalía y sus hijos habían destruido la casa de Dios, y además habían gastado en los ídolos todas las cosas consagradas de la casa de Jehová.
8 Mandó, pues, el rey que hicieran un arca, la cual pusieron fuera, a la puerta de la casa de Jehová;9 e hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén que trajeran a Jehová la ofrenda que Moisés, siervo de Dios, había impuesto a Israel en el desierto.10 Todos los jefes y todo el pueblo se gozaron, trajeron ofrendas y las echaron en el arca hasta llenarla.11 Y cuando llegaba el momento de llevar el arca al secretario del rey por medio de los levitas, si veían que había mucho dinero, venía el escriba del rey y el que estaba puesto por el Sumo sacerdote, llevaban el arca, la vaciaban y la retornaban a su lugar. Así lo hacían de día en día, y recogían mucho dinero.12 Luego el rey y Joiada lo daban a los que hacían el trabajo del servicio de la casa de Jehová. Estos contrataban canteros y carpinteros para que repararan la casa de Jehová, y artífices en hierro y bronce para componer la Casa.13 Hacían, pues, los artesanos la obra, y con sus manos la obra quedó restaurada; restituyeron la casa de Dios a su antigua condición, y la consolidaron.14 Cuando la terminaron, trajeron al rey y a Joiada lo que quedaba del dinero e hicieron de él utensilios para la casa de Jehová, utensilios para el servicio, morteros, cucharas, vasos de oro y de plata. Y sacrificaron holocaustos continuamente en la casa de Jehová durante todos los días de Joiada.
15 Pero Joiada envejeció y murió lleno de días; tenía ciento treinta años cuando murió.16 Lo sepultaron en la Ciudad de David con los reyes, por cuanto había hecho el bien en Israel, con Dios y con su casa.
17 Muerto Joiada, vinieron los príncipes de Judá y le ofrecieron obediencia al rey. El rey los oyó,18 y ellos abandonaron la casa de Jehová, el Dios de sus padres, y sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes esculpidas. Entonces la ira de Dios vino sobre Judá y Jerusalén por este su pecado.19 Y les envió profetas para que los hicieran volver a Jehová, los cuales los amonestaron; pero ellos no los escucharon.
2 R. 12.1-16 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 En el séptimo año de Jehú comenzó a reinar Joás y reinó cuarenta años en Jerusalén. El nombre de su madre era Sibia, de Beerseba.2 Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehová todo el tiempo que lo dirigió el sacerdote Joiada.3 Con todo, los lugares altos no se quitaron, porque el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
4 Joás dijo a los sacerdotes: «Todo el dinero consagrado que se acostumbra traer a la casa de Jehová, el dinero del rescate de cada persona, según está estipulado, y todo el dinero que cada uno de su propia voluntad trae a la casa de Jehová,5 que lo reciban los sacerdotes, cada uno de manos de sus familiares, y con él reparen los portillos del Templo dondequiera que se hallen grietas».
6 Pero en el año veintitrés del rey Joás aún no habían reparado los sacerdotes las grietas del Templo.7 Llamó entonces el rey Joás al sumo sacerdote Joiada y a los demás sacerdotes y les dijo: «¿Por qué no reparáis las grietas del Templo? De ahora en adelante, pues, no toméis más el dinero de vuestros familiares, sino dadlo para reparar las grietas del Templo».
8 Los sacerdotes consintieron en no tomar más dinero del pueblo, ni tener a su cargo reparar las grietas del Templo.
9 Pero el sumo sacerdote Joiada tomó un cofre e hizo en la tapa un agujero, lo puso junto al altar, a la mano derecha conforme se entra en el templo de Jehová, y los sacerdotes que guardaban la puerta ponían allí todo el dinero que se traía a la casa de Jehová.10 Cuando veían que había mucho dinero en el cofre, venía el secretario del rey y el Sumo sacerdote, contaban el dinero que hallaban en el templo de Jehová y lo guardaban.11 Entregaban el dinero suficiente a los que hacían la obra y a los que tenían a su cargo la casa de Jehová. Ellos lo gastaban en pagar a los carpinteros y maestros que reparaban la casa de Jehová,12 y a los albañiles y canteros; y en comprar la madera y la piedra de cantería para reparar las grietas de la casa de Jehová, y en todo lo que se gastaba en la Casa para repararla.13 Pero de aquel dinero que se traía a la casa de Jehová, no se hacían tazas de plata, ni despabiladeras, ni jofainas, ni trompetas, ni ningún otro utensilio de oro ni de plata para el templo de Jehová,14 pues lo daban a los que hacían la obra, y con él reparaban la casa de Jehová.15 No se le pedía cuentas a los hombres en cuyas manos el dinero era entregado, para que ellos lo dieran a los que hacían la obra, porque ellos lo hacían fielmente.16 El dinero por el pecado y el dinero por la culpa no se llevaba a la casa de Jehová, porque era de los sacerdotes.
825 a.C. Comienzo del ministerio profético de Joel
Jl. 1.1 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Palabra de Jehová que vino a Joel hijo de Petuel.
El libro del profeta Joel menciona el nombre de éste y dice que es hijo de Petuel, pero no añade ningún elemento biográfico, ni aporta ningún dato cronológico. A causa de esta falta de información precisa, los intérpretes no han llegado a ponerse de acuerdo sobre el momento en que Joel ejerció su actividad profética. La tradición lo consideraba como la más antigua obra profética escrita que se había conservado, y lo ubicaba probablemente en el siglo IX a. C. (cerca del 825 a.C.). Siguiendo el criterio de algunos intérpretes y el de la tradición, en el presente trabajo el libro de Joel aparece colocado en el reinado de Joás (835-796 a.C.). También porque nos parece que las catástrofes naturales mencionadas en Amós 4.6-10 (un profeta cercanamente posterior) son las descritas en Joel con la plaga de langosta y la sequía. Teniendo también en cuenta que la deportación y venta de los israelitas a otras naciones, no fueron sucesos exclusivos de las invasiones asiria y babilónica (ver Amós 1.6).
Profecía de la devastación del país
Jl. 1.2-2.2a DHH NIV NBD NVI LBLA
2 «Oíd esto, ancianos,
y escuchad, todos los moradores de la tierra.
¿Ha acontecido algo semejante en vuestros días
o en los días de vuestros padres?
3 De esto contaréis a vuestros hijos,
y vuestros hijos a sus hijos,
y sus hijos a la siguiente generación.
4 Lo que dejó la oruga
se lo comió el saltón;
lo que dejó el saltón
se lo comió el revoltón;
y la langosta se comió
lo que el revoltón había dejado.
5 »Despertad, borrachos, y llorad;
gemid, todos los que bebéis vino,
porque el vino se os ha quitado de vuestra boca.
6 Porque un pueblo fuerte e innumerable
subió a mi tierra;
sus dientes son dientes de león,
y sus muelas, muelas de león.
7 Asoló mi vid y descortezó mi higuera;
del todo la desnudó y derribó;
sus ramas quedaron blancas.
8 »Llora tú,
como joven vestida de ropas ásperas
por el marido de su juventud.
9 Desapareció de la casa de Jehová
la ofrenda y la libación;
los sacerdotes ministros de Jehová
están de duelo.
10 El campo está asolado
y se enlutó la tierra,
porque el trigo fue destruido,
el mosto está pasado
y se perdió el aceite.
11 »Confundíos, labradores;
gemid, viñadores,
por el trigo y la cebada,
porque se perdió la mies del campo.
12 La vid está seca y pereció la higuera;
también el granado, la palmera y el manzano:
Todos los árboles del campo se secaron.
Y así se extinguió el gozo
de los hijos de los hombres.
13 »Vestíos de luto y lamentad, sacerdotes;
gemid, ministros del altar;
venid, dormid con ropas ásperas,
ministros de mi Dios;
porque quitada es de la casa de vuestro Dios
la ofrenda y la libación.
14 Proclamad ayuno, convocad asamblea,
congregad a los ancianos
y a todos los moradores de la tierra
en la casa de Jehová, vuestro Dios,
y clamad a Jehová.
15 »¡Ay del día!,
porque cercano está el día de Jehová;
vendrá como destrucción
de parte del Todopoderoso.
16 ¿No fue arrebatado el alimento
de delante de nuestros ojos,
la alegría y el placer
de la casa de nuestro Dios?
17 El grano se pudrió debajo de los terrones;
los graneros fueron asolados
y los silos destruidos
porque se había secado el trigo.
18 ¡Cómo gemían las bestias!
¡Cuán turbados andaban los hatos de los bueyes,
porque no tenían pastos!
Y fueron también asolados
los rebaños de las ovejas.
19 »A ti, Jehová, clamaré;
porque el fuego consumió los pastos del desierto,
la llama abrasó los árboles del campo.
20 Las bestias del campo
bramarán también a ti,
pues se secaron los arroyos de las aguas,
y el fuego consumió las praderas del desierto.
1 »Tocad la trompeta en Sión
y dad la alarma en mi santo monte.
Tiemblen todos cuantos moran en la tierra,
porque viene el día de Jehová,
porque está cercano:
2 día de tinieblas y de oscuridad,
día de nube y de sombra.
Nuevo anuncio del «Día de Jehová»
Jl. 2.2b-11 DHH NIV NBD NVI LBLA
»Como sobre los montes se extiende el alba,
así vendrá un pueblo grande y fuerte;
semejante a él no lo hubo jamás,
ni después de él lo habrá
en los años de muchas generaciones.
3 »Delante de él consumirá el fuego;
detrás de él abrasará la llama.
Como el huerto del Edén
será la tierra delante de él,
y detrás de él
como desierto asolado;
nadie habrá que de él escape.
4 Su aspecto, como aspecto de caballos,
y como gente de a caballo correrán.
5 Como estruendo de carros saltarán
sobre las cumbres de los montes;
como sonido de llama de fuego
que consume hojarascas,
como pueblo fuerte dispuesto para la batalla.
6 Delante de él temerán los pueblos;
se pondrán pálidos todos los semblantes.
7 Como valientes correrán,
como hombres de guerra escalarán el muro;
cada cual marchará por su camino
y no torcerá su rumbo.
8 Nadie empujará a su compañero,
cada uno irá por su carrera;
y aun cayendo sobre la espada no se herirán.
9 Irán por la ciudad,
correrán por el muro,
subirán por las casas,
entrarán por las ventanas
a manera de ladrones.
10 »Delante de él temblará la tierra
y se estremecerán los cielos;
el sol y la luna se oscurecerán,
y las estrellas perderán su resplandor.
11 Y Jehová dará su orden
delante de su ejército,
porque muy grande es su campamento
y fuerte es el que ejecuta su orden;
porque grande es el día de Jehová
y muy terrible.
¿Quién podrá soportarlo?
Joel hace un llamado al arrepentimiento
Jl. 2.12-17 DHH NIV NBD NVI LBLA
12 »Ahora, pues, dice Jehová,
convertíos ahora a mí
con todo vuestro corazón,
con ayuno, llanto y lamento.
13 Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos,
y convertíos a Jehová, vuestro Dios;
porque es misericordioso y clemente,
tardo para la ira y grande en misericordia,
y se duele del castigo.
14 ¡Quién sabe si volverá,
se arrepentirá
y dejará bendición tras sí;
esto es, ofrenda y libación
para Jehová, vuestro Dios!
15 ¡Tocad trompeta en Sión,
proclamad ayuno,
convocad asamblea,
16 reunid al pueblo,
santificad la reunión,
juntad a los ancianos,
congregad a los niños,
aun a los que maman,
y salga de su alcoba el novio
y de su lecho nupcial la novia!
17 Entre la entrada y el altar
lloren los sacerdotes ministros de Jehová,
y digan: “Perdona, Jehová, a tu pueblo,
y no entregues al oprobio tu heredad
para que no la dominen las naciones.
¿Por qué han de decir entre los pueblos:
‘Dónde está su Dios’?”.
Zacarías, hijo de Joiada, también llama al arrepentimiento
2 Cr. 24.20-22 DHH NIV NBD NVI LBLA
20 Entonces el espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joiada, se puso en pie, en un lugar alto, y dijo al pueblo: «Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No os vendrá bien por ello, porque por haber dejado a Jehová, él también os abandonará».
21 Pero ellos conspiraron contra él, y por mandato del rey lo apedrearon hasta matarlo, en el patio de la casa de Jehová.22 Así el rey Joás no se acordó de la misericordia que Joiada, padre de Zacarías, había tenido con él, sino que mató a su hijo, quien dijo al morir: «¡Jehová lo vea y lo demande!».
Trágico fin de Joás
2 Cr. 24.23-27 DHH NIV NBD NVI LBLA
23 A la vuelta del año subió contra él el ejército de Siria, que invadieron a Judá y a Jerusalén, mataron de entre el pueblo a todos los principales, y enviaron todo el botín al rey de Damasco,24 pues aunque el ejército de Siria había venido con poca gente, Jehová entregó en sus manos un ejército muy numeroso, por cuanto habían abandonado a Jehová, el Dios de sus padres. Así sufrió Joás el castigo merecido.
25 Cuando se fueron los sirios, dejándolo agobiado por sus dolencias, conspiraron contra él sus siervos, a causa de la sangre de los hijos de Joiada, el sacerdote, y lo hirieron en su cama, donde murió. Lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.26 Los que conspiraron contra él fueron Zabad hijo de Simeat, el amonita, y Jozabad hijo de Simrit, el moabita.
27 En lo tocante a los hijos de Joás, la multiplicación que hizo de las rentas y la restauración de la casa de Jehová, está escrito en la historia del libro de los reyes. Y reinó en su lugar su hijo Amasías.
2 R. 12.17-21 DHH NIV NBD NVI LBLA
Por ese entonces subió Hazael, rey de Siria, peleó contra Gat y la tomó. Luego Hazael se propuso subir contra Jerusalén,18 por lo que Joás, rey de Judá, tomó todas las ofrendas que habían dedicado sus antepasados Josafat, Joram y Ocozías, reyes de Judá, y las que él mismo había dedicado, y todo el oro que se halló en los tesoros de la casa de Jehová y en la casa del rey, y lo envió a Hazael, rey de Siria, el cual se retiró de Jerusalén.
19 Los demás hechos de Joás y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?20 Sus siervos se levantaron, tramaron una conjura y mataron a Joás en la casa de Milo, cuando descendía a Sila.21 Así pues, sus siervos Josacar hijo de Simeat, y Jozabad hijo de Somer, lo hirieron y murió. Lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David. En su lugar reinó Amasías, su hijo.
Julio 7
La misericordia de Jehová
Jl. 2.18-27 DHH NIV NBD NVI LBLA
18 »Y Jehová, solícito por su tierra,
perdonará a su pueblo.
19 Responderá Jehová y dirá a su pueblo:
Yo os envío pan, mosto y aceite,
y seréis saciados de ellos;
y nunca más os pondré
en oprobio entre las naciones.
20 Haré alejar de vosotros al del norte,
y lo echaré en tierra seca y desierta:
su faz hacia el mar oriental, y su final hacia al mar occidental.
Exhalará su hedor y subirá su pudrición,
porque hizo grandes cosas.
21 »Tierra, no temas; alégrate y gózate,
porque Jehová hará grandes cosas.
22 Animales del campo, no temáis,
porque los pastos del desierto reverdecerán
y los árboles llevarán su fruto;
la higuera y la vid darán sus frutos.
23 Vosotros también, hijos de Sión,
alegraos y gozaos en Jehová, vuestro Dios;
porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo,
y hará descender sobre vosotros
lluvia temprana y tardía, como al principio.
24 Las eras se llenarán de trigo
y los lagares rebosarán de vino y aceite.
25 »Yo os restituiré los años que comió la oruga,
el saltón, el revoltón y la langosta,
mi gran ejército que envié contra vosotros.
26 Comeréis hasta saciaros,
y alabaréis el nombre de Jehová, vuestro Dios,
el cual hizo maravillas con vosotros;
y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.
27 Conoceréis que en medio de Israel estoy yo,
y que yo soy Jehová, vuestro Dios, y no hay otro;
y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.
Derramamiento del Espíritu de Dios
Jl. 2.28-32 DHH NIV NBD NVI LBLA
28 »Después de esto derramaré
mi espíritu sobre todo ser humano,
y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas;
vuestros ancianos soñarán sueños,
y vuestros jóvenes verán visiones.
29 También sobre los siervos y las siervas
derramaré mi espíritu en aquellos días.
30 Haré prodigios en el cielo y en la tierra,
sangre, fuego y columnas de humo.
31 El sol se convertirá en tinieblas
y la luna en sangre,
antes que venga el día, grande y espantoso, de Jehová.
32 Y todo aquel que invoque el nombre de Jehová, será salvo;
porque en el monte Sión y en Jerusalén
habrá salvación,
como ha dicho Jehová,
y entre el resto al cual él habrá llamado.
Juicio de Jehová sobre las naciones
Jl. 3.1-15 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 »Ciertamente en aquellos días,
en aquel tiempo en que haré volver
la cautividad de Judá y de Jerusalén,
2 reuniré a todas las naciones
y las haré descender al valle de Josafat;
allí entraré en juicio con ellas
a causa de mi pueblo,
de Israel, mi heredad,
al cual ellas esparcieron entre las naciones,
y repartieron mi tierra.
3 »Echaron suertes sobre mi pueblo,
cambiaron los niños por una ramera
y vendieron las niñas por vino para beber.
4 »¿Qué tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón,
y con todo el territorio de Filistea?
¿Queréis vengaros de mí?
Y si de mí os vengáis,
bien pronto haré yo recaer
la paga sobre vuestra cabeza.
5 Porque os habéis llevado mi plata y mi oro,
y mis cosas preciosas y hermosas
metisteis en vuestros templos;
6 y vendisteis los hijos de Judá
y los hijos de Jerusalén
a los hijos de los griegos,
para alejarlos de su tierra.
7 Yo los levantaré
del lugar donde los vendisteis
y volveré vuestra paga sobre vuestra cabeza;
8 venderé vuestros hijos y vuestras hijas
a los hijos de Judá,
y ellos los venderán a los sabeos,
nación lejana;
porque Jehová ha hablado.
9 »¡Proclamad esto entre las naciones,
proclamad guerra,
despertad a los valientes!
¡Acérquense, vengan todos los hombres de guerra!
10 Forjad espadas de vuestros azadones,
lanzas de vuestras hoces
y diga el débil: “¡Fuerte soy!”
11 Juntaos y venid,
naciones todas de alrededor, y congregaos.
¡Haz venir allí, Jehová, a tus fuertes!
12 Despiértense las naciones
y suban al valle de Josafat,
porque allí me sentaré
para juzgar a todas las naciones de alrededor.
13 Meted la hoz, porque la mies está ya madura.
Venid, descended, porque el lagar está lleno
y rebosan las cubas;
porque mucha es la maldad de ellos.
14 Muchos pueblos en el valle de la Decisión;
porque cercano está el día de Jehová
en el valle de la Decisión.
15 »El sol y la luna se oscurecerán,
y las estrellas perderán su resplandor.
Liberación de Judá
Jl. 3.16-21 DHH NIV NBD NVI LBLA
16 »Jehová rugirá desde Sión,
dará su voz desde Jerusalén
y temblarán los cielos y la tierra;
pero Jehová será la esperanza de su pueblo,
la fortaleza de los hijos de Israel.
17 Entonces conoceréis
que yo soy Jehová, vuestro Dios,
que habito en Sión, mi santo monte.
Jerusalén será santa
y extraños no pasarán más por ella.
18 »Sucederá en aquel tiempo,
que los montes destilarán mosto,
de los collados fluirá leche
y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas.
Saldrá una fuente de la casa de Jehová
y regará el valle de Sitim.
19 Egipto será destruido
y Edom será vuelto en desierto asolado,
a causa de la injuria hecha a los hijos de Judá;
porque derramaron en su tierra sangre inocente.
20 Pero Judá será habitada para siempre,
y Jerusalén por generación y generación.
21 Yo limpiaré la sangre de los que no había limpiado.
Y Jehová morará en Sión».
814-798 a.C. Reinado de Joacaz en Israel
2 R. 13.1-9 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 En el año veintitrés de Joás hijo de Ocozías, rey de Judá, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria Joacaz hijo de Jehú. Reinó diecisiete años,2 pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová, pues siguió en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel; y no se apartó de ellos.3 Por lo tanto se encendió el furor de Jehová contra Israel, y por largo tiempo los entregó en manos de Hazael, rey de Siria, y en manos de Ben-adad hijo de Hazael.
4 Pero Joacaz oró en presencia de Jehová, y Jehová lo escuchó, porque había visto la aflicción de Israel, pues el rey de Siria los afligía.5 (Y dio Jehová un salvador a Israel que los sacó del poder de los sirios, y habitaron los hijos de Israel en sus tiendas, como antes.6 Con todo, no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboam, el que hizo pecar a Israel; en ellos anduvieron, y también la imagen de Aserá permaneció en Samaria.)
7 A Joacaz no le había quedado gente, sino cincuenta hombres de a caballo, diez carros y diez mil hombres de a pie, pues el rey de Siria los había destruido y los había reducido a polvo del que se pisotea.
8 El resto de los hechos de Joacaz, todo lo que hizo y sus hazañas, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?9 Joacaz durmió con sus padres y lo sepultaron en Samaria. En su lugar reinó Joás, su hijo.
798-783 a.C. Reinado de Joás en Israel
2 R. 13.10,11 DHH NIV NBD NVI LBLA
10 El año treinta y siete de Joás, rey de Judá, comenzó a reinar en Samaria sobre Israel Joás hijo de Joacaz. Reinó dieciséis años,11 pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová: no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel, sino que anduvo en ellos.
Última profecía de Eliseo
2 R. 13.14-19 DHH NIV NBD NVI LBLA
14 Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad que lo llevaría a la muerte, cuando descendió a verlo Joás, rey de Israel, y llorando delante de él, dijo:
—¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su caballería!
15 Eliseo le dijo:
—Toma un arco y unas flechas.
Tomó él entonces un arco y unas flechas.
16 Luego dijo Eliseo al rey de Israel:
—Pon tu mano sobre el arco.
Y puso él su mano sobre el arco. Entonces puso Eliseo sus manos sobre las manos del rey17 y dijo:
—Abre la ventana que da al oriente.
Cuando él la abrió, le dijo Eliseo:
—Tira.
Él lo hizo y Eliseo dijo:
—Flecha de salvación de Jehová y flecha de salvación contra Siria. Tú herirás a los sirios en Afec hasta exterminarlos.
18 Después volvió a decir:
—Toma las flechas.
Luego que el rey de Israel las tomó, le ordenó:
—Golpea la tierra.
Él la golpeó tres veces y se detuvo.19 Entonces el varón de Dios, enojado contra él, le dijo:
—De dar cinco o seis golpes, habrías derrotado a Siria hasta no quedar ninguno, pero ahora derrotarás a Siria solo tres veces.
Cumplimiento de la última profecía de Eliseo
2 R. 13.22-25 DHH NIV NBD NVI LBLA
22 Así pues, Hazael, rey de Siria, afligió a Israel todo el tiempo de Joacaz.23 Pero Jehová tuvo misericordia y se compadeció de ellos; se volvió hacia ellos a causa de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob, y no quiso destruirlos ni echarlos de delante de su presencia hasta hoy.
24 Murió Hazael, rey de Siria, y reinó en su lugar Ben-adad, su hijo.25 Regresó Joás hijo de Joacaz y rescató de manos de Ben-adad hijo de Hazael las ciudades que esta había tomado de manos de Joacaz, su padre, en la gurerra. Tres veces lo derrotó Joás, y restituyó las ciudades a Israel.
Muerte de Eliseo y su último milagro
2 R. 13.20,21 DHH NIV NBD NVI LBLA
20 Eliseo murió y lo sepultaron. Ya entrado el año, vinieron bandas armadas de moabitas a la tierra.21 Aconteció que estaban unos sepultando a un hombre cuando súbitamente vieron una banda armada; entonces arrojaron el cadáver en el sepulcro de Eliseo. Pero tan pronto tocó el muerto los huesos de Eliseo, revivió y se puso en pie.
Resumen del reinado de Joás en Israel
2 R. 13.12,13 DHH NIV NBD NVI LBLA
12 Los demás hechos de Joás, todo lo que hizo y la manera esforzada con que guerreó contra Amasías, rey de Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?13 Joás durmió con sus padres y Jeroboam se sentó sobre su trono. Joás fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel.
2 R. 14.15,16 DHH NIV NBD NVI LBLA
15 Los demás hechos que ejecutó Joás, sus hazañas, y cómo peleó contra Amasías, rey de Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?16 Joás durmió con sus padres y fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel. En su lugar reinó Jeroboam, su hijo.
Julio 8
796-781 a.C. Reinado de Amasías en Judá
2 Cr. 25.1-28 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Veinticinco años tenía Amasías cuando comenzó a reinar, y veintinueve años reinó en Jerusalén; el nombre de su madre era Joadán, de Jerusalén.2 Hizo él lo recto ante los ojos de Jehová, aunque no de perfecto corazón.
3 Cuando fue confirmado en el reino, mató a los siervos que habían matado al rey, su padre.4 Pero no mató a los hijos de ellos, según lo que está escrito en la Ley, en el libro de Moisés, donde Jehová mandó diciendo: «No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres, sino cada uno morirá por su pecado».
5 Reunió luego Amasías a Judá y, con arreglo a las familias, puso jefes de millares y de centenas sobre todo Judá y Benjamín. Después puso en lista a todos los de veinte años para arriba, y fueron hallados trescientos mil escogidos para salir a la guerra, que tenían lanza y escudo.6 Y de Israel tomó a sueldo por cien talentos de plata, a cien mil hombres valientes.
7 Pero un varón de Dios vino ante él y le dijo:
—Rey, que no vaya contigo el ejército de Israel, porque Jehová no está con Israel, ni con todos los hijos de Efraín.8 Pero si vas así, si eso haces y te esfuerzas en la pelea, Dios te hará caer delante de los enemigos; porque Dios tiene poder para ayudar, y para derribar.
9 Le preguntó Amasías al varón de Dios:
—¿Qué, pues, se hará con los cien talentos que he dado al ejército de Israel?
Respondió el varón de Dios:
—Jehová puede darte mucho más que esto.
10 Entonces Amasías apartó el ejército de la gente que había venido a unírsele de Efraín, para que se fueran a sus casas. Ellos se enojaron mucho contra Judá y volvieron a sus casas encolerizados.
11 Amasías se armó de valor, sacó a su pueblo, vino al valle de la Sal y mató a diez mil de los hijos de Seir.12 Los hijos de Judá tomaron vivos a otros diez mil, los cuales llevaron a la cumbre de un peñasco, los despeñaron desde allí, y todos se hicieron pedazos.
13 Mientras tanto, los del ejército que Amasías había despedido, para que no fueran con él a la guerra, invadieron las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet-horón, mataron a tres mil personas y recogieron mucho botín.
14 Al volver Amasías de la matanza de los edomitas, trajo también consigo los dioses de los hijos de Seir, los tomó por dioses suyos, los adoró y les quemó incienso.15 Por esto se encendió la ira de Jehová contra Amasías, y le envió un profeta que le dijo:
—¿Por qué has buscado los dioses de una nación que no han podido librar a su pueblo de tus manos?
16 Mientras el profeta hablaba estas cosas, él lo interrumpió:
—¿Acaso te han nombrado consejero del rey? Déjate de eso. ¿O es que quieres que te maten?
El profeta concluyó diciendo:
—Yo sé que Dios ha determinado destruirte, porque has hecho esto y no obedeciste mi consejo.
17 Pero Amasías, rey de Judá, después de tomar consejo, envió a decir a Joás hijo de Joacaz hijo de Jehú, rey de Israel: «Ven y veámonos cara a cara».18 Entonces Joás, rey de Israel, envió a decir a Amasías, rey de Judá: «El cardo que estaba en el Líbano le mandó a decir al cedro que estaba en el Líbano: “Da tu hija a mi hijo por mujer”. Pero las fieras que estaban en el Líbano pasaron y pisotearon el cardo.19 Tú dices: “He derrotado a Edom”. Por eso se enaltece y gloría tu corazón. Pero mejor quédate ahora en tu casa. ¿Para qué provocas un mal en que puedas caer tú y Judá contigo?».
20 Pero Amasías no quiso oir; pues era la voluntad de Dios entregarlos en manos de sus enemigos, por cuanto habían buscado a los dioses de Edom.21 Subió, pues, Joás, rey de Israel, y se vieron cara a cara él y Amasías, rey de Judá, en la batalla de Bet-semes de Judá.22 Y Judá cayó delante de Israel, y huyó cada uno a su casa.23 Joás, rey de Israel, apresó en Bet-semes a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás hijo de Joacaz, y lo llevó a Jerusalén, en cuyo muro hizo una brecha desde la puerta de Efraín hasta la puerta del Ángulo, un tramo de cuatrocientos codos.24 Asimismo tomó todo el oro y la plata, y todos los utensilios que se hallaron en la casa de Dios en casa de Obed-edom, los tesoros de la casa del rey y los hijos de los nobles como rehenes; después volvió a Samaria.
25 Amasías hijo de Joás, rey de Judá, vivió aún quince años después de la muerte de Joás hijo de Joacaz, rey de Israel.26 Los demás hechos de Amasías, los primeros y los últimos, ¿no están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel?27 Desde el tiempo en que Amasías se apartó de Jehová, empezaron a conspirar contra él en Jerusalén; y habiendo huido a Laquis, lo persiguieron hasta esa ciudad y allá lo mataron;28 lo trajeron en caballos y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de Judá.
2 R. 14.1-14,17-22 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 En el año segundo de Joás hijo de joacaz, rey de Israel, comenzó a reinar Amasías hijo de Joás, rey de Judá.2 Cuando comenzó a reinar tenía veinticinco años, ye reinó en Jerusalén ventinueve años. El nombre de su madre era Joadán, de Jerusalén.3 Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, aunque no como David, su padre, ya que hizo conforme a todas las cosas que había hecho Joás, su padre.4 Con todo, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en esos lugares altos. 5 Cuando el reino se afianzó en sus manos, mató a los siervos que habían dado muerte al rey, su padre.6 Pero no mató a los hijos de los que le dieron muerte, conforme a lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde Jehová mandó diciendo: «No harán morir a los padres por los hijos, ni a los hijos por los padres, sino que cada uno morirá por su propio pecado».
7 Amasías mató asimismo a diez mil edomitas en el valle de la Sal, tomó a Sela por asalto y la llamó Jocteel, como se la conoce hasta hoy.
8 Entonces Amasías envió mensajeros a Joás hijo de Joacaz hijo de Jehú, rey de Israel, diciéndole: «Ven, para que nos veamos las caras».9 Pero Joás, rey de Israel, envió a Amasías, rey de Judá, esta respuesta: «El cardo que está en el Líbano envió a decir al cedro que está en el Líbano: “Dale tu hija por mujer a mi hijo”. Pero las fieras que están en el Líbano pasaron y pisotearon el cardo.10 Ciertamente has derrotado a Edom y tu corazón se ha envanecido; gloríate, pues, pero quédate en tu casa. ¿Para qué te metes en un mal que te hará caer junto a Judá?».
11 Pero Amasías no escuchó, por lo cual subió Joás, rey de Israel, y se enfrentaron en Bet-semes de Judá, él y Amasías, rey de Judá.12 Judá cayó delante de Israel, y cada cual huyó a su tienda.13 Joás, rey de Israel, tomó prisionero en Bet-semes a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás hijo de Ocozías. Luego marchó a Jerusalén y rompió el muro de la ciudad desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la esquina, cuatrocientos codos en total.14 Se apoderó, además, de todo el oro, la plata y todos los utensilios que hallaron en la casa de Jehová y en los tesoros de la casa del rey. Y después de tomar como rehenes a los hijos del rey, regresó a Samaria.
17 Amasías hijo de Joás, rey de Judá, vivió quince años después de la muerte de Joás hijo de Joacaz, rey de Israel.18 Los demás hechos de Amasías, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?19 Conspiraron contra él en Jerusalén, y él huyó a Laquis, pero lo persiguieron hasta Laquis y allí lo mataron.20 Lo trajeron luego sobre caballos y lo sepultaron en Jerusalén con sus padres, en la ciudad de David.21 Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Azarías, que tenía dieciséis años, y lo proclamaron rey en lugar de Amasías, su padre.22 Reedificó él a Elat y, después que el rey durmió con sus padres, la restituyó a Judá.
783-743 a.C. Reinado de Jeroboam II en Israel
2 R. 14.23,24 DHH NIV NBD NVI LBLA
23 El año quince de Amasías hijo de Joás, rey de Judá, comenzó a reinar Jeroboam hijo de Joás en Samaria sobre Israel. Reinó cuarenta y un años,24 pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová, pues no se apartó de todos los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.
750 a.C. Comienzo del ministerio profético de Amós
Contexto histórico de la profecía de Amós
Am. 1.1 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Las palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, que profetizó acerca de Israel en días de Uzías, rey de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.
Amós fue uno de los grandes profetas del siglo VIII a.C.,
aunque él prefería verse a sí mismo como un hombre sencillo,
dedicado a sus trabajos campesinos, como «uno de los pastores de Tecoa» (1.1). Así lo manifiesta en su controversia con el sacerdote
Amasías, que lo acusa de traicionar al rey de Israel: «No soy profeta
ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero y recojo higos silvestres» (7.14). Llegó, sin embargo, un día en el que tuvo lugar la transformación de Amós en el mensajero enviado por Dios a profetizar en el reino del norte. Como él mismo dice: «Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel”» (7.15). A unos 10 kms. al sur de Belén, cerca del Mar Muerto y como colgada entre las montañas de Judá, se encontraba la pequeña ciudad de Tecoa. Amós residía en ella, aunque por alguna razón que ignoramos desarrolló en el reino del norte su actividad
profética. Debió de hacerlo alrededor del año 750 a.C., «dos años antes del terremoto» (cf. Zac 14.5), durante el reinado de Jeroboam II (783–743 a.C.).
El rugido del león y la tarea del profeta
Am. 3.1-8 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto:
2 «A vosotros solamente he conocido
de todas las familias de la tierra;
por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades».
3 ¿Andarán dos juntos
si no están de acuerdo?
4 ¿Rugirá el león en la selva
sin haber presa?
¿Rugirá el cachorro de león desde su guarida
sin haber cazado nada?
5 ¿Caerá el ave a tierra, en la trampa,
si no hay cebo?
¿Saltará la trampa del suelo
si no ha atrapado algo?
6 ¿Se tocará la trompeta en la ciudad
y no se alborotará el pueblo?
¿Habrá algún mal en la ciudad,
que Jehová no haya enviado?
7 Porque no hará nada Jehová, el Señor,
sin revelar su secreto a sus siervos los profetas.
8 Si el león ruge,
¿quién no temerá?
Si habla Jehová, el Señor,
¿quién no profetizará?
Juicio contra las naciones vecinas
Am. 1.2-2.5 DHH NIV NBD NVI LBLA
2 Dijo:
«Jehová rugirá desde Sión,
dará su voz desde Jerusalén,
los campos de los pastores se enlutarán
y se secará la cumbre del Carmelo».
3 Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Damasco,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque trillaron a Galaad con trillos de hierro.
4 Prenderé fuego a la casa de Hazael
y consumirá los palacios de Ben-adad.
5 Quebraré los cerrojos de Damasco
y destruiré a los moradores del valle de Avén
y a los gobernadores de Bet-edén,
y el pueblo de Siria será transportado a Kir,
dice Jehová».
6 Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Gaza,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque llevó cautivo a todo un pueblo
para entregarlo a Edom.
7 Prenderé fuego al muro de Gaza
y consumirá sus palacios.
8 Destruiré a los moradores de Asdod
y a los gobernadores de Ascalón;
volveré mi mano contra Ecrón
y el resto de los filisteos perecerá,
ha dicho Jehová, el Señor».
9 Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Tiro,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque entregaron a todo un pueblo cautivo a Edom
y no se acordaron del pacto de hermanos.
10 Prenderé fuego al muro de Tiro
y consumirá sus palacios».
11 Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Edom,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque persiguió a espada a su hermano
y violó todo afecto natural;
en su furor le ha robado siempre
y ha guardado perpetuamente el rencor.
12 Prenderé fuego a Temán
y consumirá los palacios de Bosra».
13 Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de los hijos de Amón,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque para ensanchar sus tierras
abrieron a las mujeres de Galaad
que estaban embarazadas.
14 Encenderé fuego en el muro de Rabá
y consumirá sus palacios con estruendo
en el día de la batalla,
con tempestad en día tempestuoso;
15 y su rey irá en cautiverio
con todos sus príncipes,
dice Jehová».
1 Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Moab,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque quemó los huesos del rey de Edom
hasta calcinarlos.
2 Prenderé fuego a Moab
y consumirá los palacios de Queriot;
y morirá Moab en el tumulto,
con estrépito y sonido de trompeta.
3 Quitaré al juez de en medio de él
y mataré con él a todos sus príncipes,
dice Jehová».
4 Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Judá,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque menospreciaron la ley de Jehová,
no guardaron sus ordenanzas
y los hicieron errar sus mentiras,
en pos de las cuales anduvieron sus padres.
5 Prenderé, por tanto, fuego a Judá,
el cual consumirá los palacios de Jerusalén».
Juicio contra Israel
Am. 2.6-16 DHH NIV NBD NVI LBLA
6 Así ha dicho Jehová:
«Por tres pecados de Israel,
y por el cuarto,
no revocaré su castigo:
porque vendieron por dinero al justo,
y al pobre por un par de zapatos.
7 Pisotean en el polvo de la tierra
las cabezas de los desvalidos
y tuercen el camino de los humildes.
El hijo y el padre se allegan a la misma joven,
profanando mi santo nombre.
8 Sobre las ropas empeñadas se acuestan
junto a cualquier altar,
y el vino de los multados beben en la casa de sus dioses.
9 Yo destruí delante de ellos a los amorreos
que eran altos como los cedros
y fuertes como las encinas;
destruí su fruto arriba y sus raíces abajo.
10 A vosotros os hice subir de la tierra de Egipto
y os conduje por el desierto cuarenta años,
para que tomarais posesión de la tierra del amorreo.
11 Y levanté profetas entre vuestros hijos
y nazareos entre vuestros jóvenes.
¿No es esto cierto, hijos de Israel?,
dice Jehová.
12 Mas vosotros disteis a beber vino a los nazareos,
y a los profetas mandasteis diciendo:
“No profeticéis”.
13 Por eso, yo os apretaré en vuestro lugar,
como se aprieta el carro lleno de gavillas:
14 el ligero no podrá huir,
al fuerte no le ayudará su fuerza
ni el valiente librará su vida;
15 el que maneja el arco no resistirá,
ni escapará el ligero de pies
ni el jinete salvará su vida.
16 El esforzado entre los valientes
huirá desnudo aquel día,
dice Jehová».
Julio 9
Destrucción de Samaria
Am. 3.9-4.3 DHH NIV NBD NVI LBLA
9 Proclamad en los palacios de Asdod
y en los palacios de la tierra de Egipto,
y decid: «Reuníos sobre los montes de Samaria
y ved las muchas opresiones en medio de ella
y las violencias cometidas en su medio».
10 No saben hacer lo recto, dice Jehová;
atesoran rapiña y despojo en sus palacios.
11 Por eso, Jehová, el Señor, ha dicho:
«Un enemigo vendrá por todos lados de la tierra
y derribará tu fortaleza,
y tus palacios serán saqueados».
12 Así ha dicho Jehová:
«De la manera como el pastor libra de la boca del león
dos piernas o la punta de una oreja,
así escaparán los hijos de Israel
que moran en Samaria,
que se sientan en un rincón del diván,
en un cómodo lecho».
13 Oíd y testificad contra la casa de Jacob,
dice Jehová, Dios de los ejércitos:
14 «El día que castigue
las rebeliones de Israel,
castigaré también los altares de Bet-el;
los cuernos del altar serán cortados
y caerán a tierra.
15 Derribaré la casa de invierno
junto con la casa de verano,
y las casas de marfil desaparecerán.
Muchas casas serán destruidas,
dice Jehová».
1 Oíd esta palabra, vacas de Basán,
que estáis en el monte de Samaria,
que oprimís a los pobres
y quebrantáis a los menesterosos,
que decís a vuestros señores: «Traed de beber».
2 Jehová, el Señor, juró por su santidad:
«Sobre vosotras vienen días
en que os llevarán con ganchos,
y a vuestros descendientes con anzuelos de pescador;
3 saldréis por las brechas una tras otra
y seréis echadas del palacio,
dice Jehová».
Aunque castigado, Israel no aprende
Am. 4.4-13 DHH NIV NBD NVI LBLA
4 ¡Id a Bet-el y pecad!
¡Aumentad en Gilgal la rebelión!
Traed de mañana vuestros sacrificios,
y vuestros diezmos cada tres días.
5 Ofreced sacrificio de alabanza con pan leudado
y proclamad, publicad ofrendas voluntarias,
pues que así lo queréis, hijos de Israel,
dice Jehová, el Señor.
6 Os hice pasar hambre en todas vuestras ciudades
y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos;
mas no os volvisteis a mí,
dice Jehová.
7 También os detuve la lluvia
tres meses antes de la siega;
hice llover sobre una ciudad
y sobre otra ciudad no hice llover;
sobre una parte llovió,
y la parte sobre la cual no llovió se secó.
8 Venían entonces dos o tres ciudades
a una ciudad para beber agua,
y no se saciaban.
Con todo, no os volvisteis a mí,
dice Jehová.
9 Os herí con viento del este y con oruga;
la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas,
vuestros higuerales y vuestros olivares,
pero nunca os volvisteis a mí,
dice Jehová.
10 Envié contra vosotros mortandad
tal como en Egipto;
maté a espada a vuestros jóvenes,
vuestros caballos fueron capturados
e hice subir el hedor de vuestros campamentos
hasta vuestras narices;
mas no os volvisteis a mí,
dice Jehová.
11 Os trastorné como Dios trastornó
a Sodoma y a Gomorra,
y fuisteis como tizón escapado del fuego;
mas no os volvisteis a mí,
dice Jehová.
12 Por eso, Israel, haré lo mismo contigo;
y porque te he de hacer esto,
prepárate, Israel,
para venir al encuentro de tu Dios.
13 Ciertamente el que forma los montes
y crea el viento,
el que anuncia al hombre su pensamiento,
hace de las tinieblas mañana
y pasa sobre las alturas de la tierra:
Jehová, Dios de los ejércitos, es su nombre.
Exhortación al arrepentimiento
Am. 5.1-27 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Oíd esta palabra de lamentación
que yo levanto sobre vosotros, casa de Israel.
2 Cayó la virgen de Israel y no podrá levantarse ya más;
postrada quedó sobre su tierra
y no hay quien la levante.
3 Porque así ha dicho Jehová, el Señor:
«La ciudad que salga con mil,
volverá con cien,
y la que salga con cien
volverá con diez, en la casa de Israel».
4 Pero así dice Jehová a la casa de Israel:
«Buscadme y viviréis;
5 mas no busquéis a Bet-el
ni entréis en Gilgal
ni paséis a Beerseba,
porque Gilgal será llevada en cautiverio
y Bet-el será deshecha».
6 Buscad a Jehová y vivid,
no sea que acometa como fuego a la casa de José
y la consuma, sin haber en Bet-el quien lo apague.
7 ¡Ay de los que convierten en ajenjo el juicio
y echan por tierra la justicia!
8 Buscad al que hace las Pléyades y el Orión,
vuelve las tinieblas en mañana
y hace oscurecer el día como noche;
el que llama a las aguas del mar
y las derrama sobre la faz de la tierra:
Jehová es su nombre.
9 Él trae la ruina sobre el fuerte
y hace caer la destrucción sobre la fortaleza.
10 Ellos aborrecieron al reprensor en la puerta de la ciudad,
y al que hablaba lo recto detestaron.
11 Por tanto, puesto que humilláis al pobre
y recibís de él carga de trigo,
no habitaréis las casas
de piedra labrada que edificasteis
ni beberéis del vino
de las hermosas viñas que plantasteis.
12 Yo sé de vuestras muchas rebeliones
y de vuestros grandes pecados;
sé que afligís al justo,
recibís cohecho
y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres.
13 Por tanto, el prudente en tal tiempo calla,
porque el tiempo es malo.
14 Buscad lo bueno y no lo malo,
para que viváis;
y así Jehová, Dios de los ejércitos,
estará con vosotros, como decís.
15 Aborreced el mal, amad el bien
y estableced la justicia en juicio;
quizá Jehová, Dios de los ejércitos,
tendrá piedad del remanente de José.
16 Por tanto, esto ha dicho
Jehová, Dios de los ejércitos:
«En todas las plazas habrá llanto
y en todas las calles dirán: “¡Ay! ¡Ay!”;
al labrador llamarán a lloro,
y a endecha a los que sepan endechar.
17 Y en todas las viñas habrá llanto;
porque pasaré en medio de ti,
dice Jehová».
18 ¡Ay de los que desean el día de Jehová!
¿Para qué queréis este día de Jehová?
Será de tinieblas y no de luz.
19 Será como el que huye del león
y se encuentra con el oso;
o como el que, al entrar en casa,
apoya su mano en la pared
y lo muerde una culebra.
20 ¿No será el día de Jehová tinieblas
y no luz;
oscuridad, que no tiene resplandor?
21 Aborrecí, desprecié vuestras solemnidades
y no me complaceré en vuestras asambleas.
22 Y si me ofrecéis
vuestros holocaustos y vuestras ofrendas,
no los recibiré,
ni miraré las ofrendas de paz
de vuestros animales engordados.
23 Quita de mí la multitud de tus cantares,
pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos.
24 Pero corra el juicio como las aguas
y la justicia como arroyo impetuoso.
25 ¿Me ofrecisteis sacrificios
y ofrendas en el desierto
en cuarenta años,
casa de Israel?
26 Antes bien, llevabais el tabernáculo
de vuestros Moloc y Quiún,
ídolos vuestros,
la estrella de vuestros dioses que os hicisteis.
27 Os haré, pues, transportar
más allá de Damasco,
ha dicho Jehová,
cuyo nombre es Dios de los ejércitos.
La destrucción de Israel
Am. 6.1-14 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 ¡Ay de los que reposan en Sión
y de los que confían en el monte de Samaria,
los notables y principales entre las naciones,
a quienes acude la casa de Israel!
2 Pasad a Calne y mirad;
de allí id a la gran Hamat
y descended luego a Gat de los filisteos.
¿Sois vosotros mejores que esos reinos?
¿Es su territorio más extenso que el vuestro?
3 ¡Vosotros, que creéis alejar el día malo,
acercáis el reino de la maldad!
4 Duermen en camas de marfil
y reposan sobre sus lechos;
comen los corderos del rebaño
y los novillos sacados del establo;
5 gorjean al son de la flauta
e inventan instrumentos musicales, como David;
6 beben vino en tazones
y se ungen con los perfumes más preciosos,
pero no se afligen por el quebrantamiento de José.
7 Por tanto, ahora irán
a la cabeza de los que van a cautividad,
y se acercará el duelo
de los que se entregan a los placeres.
8 Jehová, el Señor, juró por sí mismo,
Jehová, Dios de los ejércitos, ha dicho:
«Desprecio la grandeza de Jacob,
aborrezco sus palacios;
entregaré al enemigo la ciudad y cuanto hay en ella».
9 Acontecerá que, si diez hombres quedan
en una casa, morirán.
10 Y un pariente tomará a cada uno
y lo quemará para sacar los huesos de casa;
y dirá al que esté en el rincón de la casa:
«¿Hay aún alguien contigo?».
El otro dirá: «No»;
y añadirá: «Calla, porque no podemos mencionar
el nombre de Jehová».
11 Porque Jehová mandará,
y herirá con hendiduras la casa mayor,
y la casa menor con aberturas.
12 ¿Correrán los caballos por las peñas?
¿Ararán en ellas con bueyes?
¿Por qué habéis convertido vosotros el juicio en veneno
y el fruto de justicia en ajenjo?
13 Vosotros, que os alegráis por nada,
que decís:
«¿No hemos adquirido poder con nuestra fuerza?».
14 Pues de cierto, casa de Israel,
dice Jehová, Dios de los ejércitos,
levantaré yo sobre vosotros a una nación
que os oprimirá desde la entrada de Hamat
hasta el arroyo del Arabá.
Tres visiones de destrucción
Am. 7.1-3 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Esto me ha mostrado Jehová, el Señor: Él criaba langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío, el heno tardío que viene después de las siegas del rey.2 Y aconteció que cuando acabaron de comer la hierba de la tierra, yo dije: «Señor, Jehová, perdona ahora, pero ¿quién levantará a Jacob, que es tan pequeño?».3 Se arrepintió Jehová de esto: «No será», dijo Jehová.
Am. 7.4-6 DHH NIV NBD NVI LBLA
4 Jehová, el Señor, me mostró esto: Jehová, el Señor, llamaba al fuego para juzgar; y el fuego consumió el gran abismo y también una parte de la tierra.5 Y dije: «Señor, Jehová, cesa ahora; pues ¿quién levantará a Jacob, que es tan pequeño?».6 Se arrepintió Jehová de esto: «No será esto tampoco», dijo Jehová, el Señor.
Am. 7.7-9 DHH NIV NBD NVI LBLA
7 Me mostró también esto: El Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano tenía una plomada de albañil.8 Jehová entonces me preguntó:
—¿Qué ves, Amós?
Yo respondí:
—Una plomada de albañil.
Y el Señor dijo:
—Yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más.9 Los lugares altos de Isaac serán destruidos, los santuarios de Israel serán asolados y me levantaré con espada sobre la casa de Jeroboam.
Amós y Amasías
Am. 7.10-17 DHH NIV NBD NVI LBLA
10 Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió a decir a Jeroboam, rey de Israel: «Amós se ha levantado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede sufrir todas sus palabras.11 Porque así ha dicho Amós: “Jeroboam morirá a espada, e Israel será llevado de su tierra en cautiverio”».12 Y Amasías dijo a Amós:
—Vidente, vete, huye a tierra de Judá, come allá tu pan y profetiza allá;13 pero no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey, y capital del reino.
14 Entonces respondió Amós y dijo a Amasías:
—No soy profeta ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero y recojo higos silvestres.15 Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel”.
16 »Ahora, pues, oye palabra de Jehová. Tú dices: “No profetices contra Israel ni hables contra la casa de Isaac”.17 Por tanto, así ha dicho Jehová: “Tu mujer será ramera en medio de la ciudad, tus hijos y tus hijas caerán a espada y tu tierra será repartida por suertes; tú morirás en tierra inmunda e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra”.
El canastillo de fruta de verano
Am. 8.1-3 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Esto me mostró Jehová, el Señor: un canastillo de fruta de verano.2 Y me preguntó:
—¿Qué ves, Amós?
Y respondí:
—Un canastillo de fruta de verano.
Y me dijo Jehová:
—Ha venido el fin sobre mi pueblo Israel; no lo toleraré más.
3 Y los cantores del Templo gemirán en aquel día, dice Jehová, el Señor. Muchos serán los cuerpos muertos, y en silencio serán arrojados en cualquier lugar.
Julio 10
El juicio sobre Israel se acerca
Am. 8.4-14 DHH NIV NBD NVI LBLA
4 Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos y arruináis a los pobres de la tierra,5 diciendo: «¿Cuándo pasará el mes y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los graneros del pan? Entonces achicaremos la medida, subiremos el precio, falsearemos con engaño lat balanza,6 compraremos a los pobres por dinero y a los necesitados por un par de sapatos, y venderemos los desechos del trigo».
7 Jehová juró por la gloria de Jacob: «No olvidaré jamás ninguna de sus obras».
8 ¿No se estremecera la tierra por esto?
¿No llorarán todos sus habitantes?
Subirá toda ella como un río;
crecerá y mermará como el río de Egipto.
9 Aquel día, dice Jehová, el Señor,
haré que se ponga el sol a mediodía:
cubriré de tinieblas la tierra en el día claro.
10 Cambiaré vuestras fiestas en lloro
y todos vuestros cantares en lamentaciones;
haré que toda cintura vista tela áspera
y que se rape toda cabeza.
Y volveré la tierra
como en llanto por el hijo único,
y su final será como día amargo.
11 Ciertamente vienen días, dice Jehová, el Señor,
en los cuales enviaré hambre a la tierra,
no hambre de pan ni sed de agua,
sino de oir la palabra de Jehová.
12 E irán errantes de mar a mar;
desde el norte hasta el oriente
andarán buscando palabra de Jehová,
y no la hallarán.
13 En aquel tiempo,
las muchachas hermosas y los jóvenes
desmayarán de sed.
14 Los que juran por el pecado de Samaria
y dicen: «Por tu Dios, Dan»,
y: «Por el camino de Beerseba»,
caerán y nunca más se levantarán.
Los juicios de Jehová son ineludibles
Am. 9.1-10 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Vi al Señor, que estaba sobre el altar y dijo:
«Derriba el capitel y estremézcanse las puertas,
y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos.
Al postrero de ellos mataré a espada;
no habrá de ellos quien huya ni quien escape.
2 Aunque caven hasta el seol,
de allá los tomará mi mano;
y aunque suban hasta el cielo,
de allá los haré descender.
3 Si se esconden en la cumbre del Carmelo,
allí los buscaré y los tomaré;
y aunque de delante de mis ojos
se escondan en lo profundo del mar,
allí mandaré a la serpiente y los morderá.
4 Y si van en cautiverio delante de sus enemigos,
allí mandaré la espada y los matará;
y pondré sobre ellos mis ojos
para mal y no para bien.
5 El Señor, Jehová de los ejércitos,
toca la tierra y esta se derrite,
y lloran todos los que en ella moran;
crecerá toda ella como un río
y mermará luego como el río de Egipto.
6 Él edificó en el cielo su habitación
y ha establecido su expansión sobre la tierra;
él llama a las aguas del mar
y sobre la faz de la tierra las derrama:
Jehová es su nombre.
7 Hijos de Israel,
¿no me sois vosotros como hijos de etíopes?,
dice Jehová.
¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto,
de Caftor a los filisteos,
y de Kir a los arameos?
8 Ciertamente, los ojos de Jehová, el Señor,
están contra el reino pecador
y yo lo borraré de la faz de la tierra:
mas no destruiré del todo la casa de Jacob,
dice Jehová.
9 Porque, yo mandaré que la casa de Israel
sea zarandeada entre todas las naciones,
como se zarandea el grano en una criba
sin que caiga un granito en la tierra.
10 A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo,
que dicen: “No se acercará ni nos alcanzará el mal”».
Restauración futura de Israel
Am. 9.11-15 DHH NIV NBD NVI LBLA
11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David: cerraré sus portillos, levantaré sus ruinas y lo edificaré como en el tiempo pasado,12 para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom y todas las naciones, dice Jehová, que hace esto.
13 Ciertamente vienen días, dice Jehová, cuando el que ara alcanzará al segador, y el que pisa las uvas al que lleve la simiente; los montes destilarán mosto y todos los collados se derretirán.14 Traeré del cautiverio a mi pueblo Israel: ellos edificarán las ciudades asoladas y las habitarán; plantarán viñas y beberán de su vino, y harán huertos y comerán de su fruto.15 Pues los plantaré sobre su tierra y nunca más serán arrancados de la tierra que yo les di, ha dicho Jehová, tu Dios.
Jeroboam II cumple una profecía de Jonás
2 R. 14.25-27 DHH NIV NBD NVI LBLA
25 Restauró los límites de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar del Arabá, conforme a la palabra de Jehová, Dios de Israel, la cual había él anunciado por medio de su siervo Jonás hijo de Amitai, profeta que fue de Gat-hefer.26 Porque Jehová había visto la muy amarga aflicción de Israel: no había siervo ni libre, ni quien diera ayuda a Israel.27 Jehová no había decidido borrar el nombre de Israel de debajo del cielo, y los salvó por medio de Jeroboam hijo de Joás.
La mención de Amitai, el padre de Jonás (1.1), es la única noticia
que el libro de Jonás facilita para la identificación personal del profeta. Es la misma información que se halla en 2 R 14.23–25, donde se añade que Jonás vivió en tiempos de Jeroboam II, rey de Israel (783–743 a.C.).
Jonás huye de Dios
Jon. 1.1-17 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Jehová dirigió su palabra a Jonás hijo de Amitai y le dijo:2 «Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y clama contra ella, porque su maldad ha subido hasta mí».
3 Pero Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, donde encontró una nave que partía para Tarsis; pagó su pasaje, y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.4 Pero Jehová hizo soplar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave.5 Los marineros tuvieron miedo y cada uno clamaba a su dios. Luego echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Mientras tanto, Jonás había bajado al interior de la nave y se había echado a dormir.6 Entonces el patrón de la nave se le acercó y le dijo: «¿Qué tienes, dormilón? Levántate y clama a tu Dios. Quizá tenga compasión de nosotros y no perezcamos».
7 Entre tanto, cada uno decía a su compañero:
«Venid y echemos suertes, para que sepamos quién es el culpable de que nos haya venido este mal».
Echaron, pues, suertes, y la suerte cayó sobre Jonás.8 Entonces ellos le dijeron:
—Explícanos ahora por qué nos ha venido este mal. ¿Qué oficio tienes y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra y de qué pueblo eres?
9 Él les respondió:
—Soy hebreo y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra.
10 Aquellos hombres sintieron un gran temor y le dijeron:
—¿Por qué has hecho esto?
Pues ellos supieron que huía de la presencia de Jehová por lo que él les había contado.
11 Como el mar se embravecía cada vez más, le preguntaron:
—¿Qué haremos contigo para que el mar se nos aquiete?
12 Él les respondió:
—Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará, pues sé que por mi causa os ha sobrevenido esta gran tempestad.
13 Aquellos hombres se esforzaron por hacer volver la nave a tierra, pero no pudieron, porque el mar se embravecía cada vez más contra ellos.14 Entonces clamaron a Jehová y dijeron: «Te rogamos ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni nos hagas responsables de la sangre de un inocente; porque tú, Jehová, has obrado como has querido».
15 Tomaron luego a Jonás y lo echaron al mar; y se aquietó el furor del mar.16 Sintieron aquellos hombres gran temor por Jehová, le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos.
17 Pero Jehová tenía dispuesto un gran pez para que se tragara a Jonás, y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches.
Oración de Jonás
Jon. 2.1-10 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Entonces oró Jonás a Jehová, su Dios, desde el vientre del pez,2 y dijo:
«Invoqué en mi angustia a Jehová,
y él me oyó;
desde el seno del seol clamé,
y mi voz oíste.
3 Me echaste a lo profundo,
en medio de los mares;
me envolvió la corriente.
Todas tus ondas y tus olas
pasaron sobre mí.
4 Entonces dije: “Desechado soy
de delante de tus ojos,
mas aún veré tu santo Templo”.
5 Las aguas me envolvieron hasta el alma,
me cercó el abismo,
el alga se enredó en mi cabeza.
6 Descendí a los cimientos de los montes.
La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre;
mas tú sacaste mi vida de la sepultura,
Jehová, Dios mío.
7 Cuando mi alma desfallecía en mí,
me acordé de Jehová,
y mi oración llegó hasta ti,
hasta tu santo Templo.
8 Los que siguen vanidades ilusorias,
su fidelidad abandonan.
9 Mas yo, con voz de alabanza,
te ofreceré sacrificios;
Cumpliré lo que te prometí.
¡La salvación viene de Jehová!».
10 Entonces Jehová dio orden al pez, el cual vomitó a Jonás en tierra.
Nínive se arrepiente
Jon. 3.1-10 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Jehová se dirigió por segunda vez a Jonás y le dijo:2 «Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré».
3 Jonás se levantó y fue a Nínive, conforme a la palabra de Jehová. Nínive era una ciudad tan grande, tanto que eran necesarios tres días para recorrerla.4 Comenzó Jonás a adentrarse en la ciudad, y caminó todo un día predicando y diciendo: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!».
5 Los hombres de Nínive creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el más pequeño, se vistieron con ropas ásperas.6 Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su silla, se despojó de su vestido, se cubrió con ropas ásperas y se sentó sobre ceniza.7 Luego hizo anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, una proclama que decía: «Hombres y animales, bueyes y ovejas, no prueben cosa alguna; no se les dé alimento ni beban agua,8 sino cúbranse hombres y animales con ropas ásperas, y clamen a Dios con fuerza. Que cada uno se convierta de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos.9 ¡Quizá Dios se detenga y se arrepienta, se calme el ardor de su ira y no perezcamos!».
10 Vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino, y se arrepintió del mal que había anunciado hacerles, y no lo hizo.
El enojo de Jonás
Jon. 4.1-11 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Pero Jonás se disgustó en extremo, y se enojó.2 Así que oró a Jehová y le dijo:
—¡Ah, Jehová!, ¿no es esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis, porque yo sabía que tú eres un Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte y de gran misericordia, que te arrepientes del mal.3 Ahora, pues, Jehová, te ruego que me quites la vida, porque mejor me es la muerte que la vida.
4 Pero Jehová le respondió:
—¿Haces bien en enojarte tanto?
5 Jonás salió de la ciudad y acampó hacia el oriente de ella; allí se hizo una enramada y se sentó a su sombra, para ver qué sucedería en la ciudad.6 Entonces Jehová Dios dispuso que una calabacera creciera sobre Jonás para que su sombra le cubriera la cabeza y lo librara de su malestar. Jonás se alegró mucho por la calabacera.7 Pero, al amanecer del día siguiente, Dios dispuso que un gusano dañara la calabacera, y esta se secó.8 Y aconteció que, al salir el sol, envió Dios un fuerte viento del este. El sol hirió a Jonás en la cabeza, y sintió que se desmayaba. Entonces, deseando la muerte, decía:
—Mejor sería para mí la muerte que la vida.
9 Pero Dios dijo a Jonás:
—¿Tanto te enojas por la calabacera?
—Mucho me enojo, hasta la muerte—respondió él.
10 Entonces Jehová le dijo:
—Tú tienes lástima de una calabacera en la que no trabajaste, ni a la cual has hecho crecer, que en espacio de una noche nació y en espacio de otra noche pereció,11 ¿y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?
750/730 a.C. Comienzo del ministerio profético de Oseas
Contexto histórico de Oseas
Os. 1.1 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Palabra que Jehová dirigió a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel.
Oseas hijo de Beeri ejerció su actividad profética aproximadamente
entre los años 750 y 730 a.C., durante los reinados «de Uzías,
Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel» (Os 1.1). Inició su ministerio público poco después de Amós, aunque lo desempeñó durante bastante más tiempo que él (cf. Os 1.1; Am 1.1) y predicando en el mismo escenario: Israel (cf. Am 7.12), de donde Oseas procedía. El largo y próspero reinado de Jeroboam II (783-743 a.C.) aun no había finalizado cuando este profeta comenzó a actuar.
La esposa y los hijos de Oseas
Os. 1.2-9 DHH NIV NBD NVI LBLA
2 Comienzo de la palabra que Jehová habló por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas:
«Ve, toma por mujer a una prostituta
y ten hijos de prostitución con ella,
porque la tierra se prostituye
apartándose de Jehová».
3 Fue, pues, y tomó a Gomer, hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo.4 Entonces Jehová le dijo:
«Ponle por nombre Jezreel,
porque dentro de poco castigaré a la casa de Jehú
a causa de la sangre derramada en Jezreel,
y haré cesar el reinado de la casa de Israel.
5 Aquel día quebraré el arco de Israel
en el valle de Jezreel».
6 Concibió Gomer otra vez y dio a luz una hija. Dios dijo a Oseas:
«Ponle por nombre Lo-ruhama,
porque no me compadeceré más de la casa de Israel,
ni los perdonaré.
7 »Pero de la casa de Judá tendré misericordia: los salvaré por Jehová, su Dios. No los salvaré con arco, ni con espada, ni con guerra, ni con caballos ni jinetes».
8 Después de haber destetado a Lo-ruhama, Gomer concibió y dio a luz un hijo.9 Y dijo Dios:
«Llámalo Lo-ammi,
porque vosotros no sois mi pueblo
ni yo seré vuestro Dios».
Resumen del reinado de Jeroboam II
2 R. 14.28,29 DHH NIV NBD NVI LBLA
28 Los demás hechos de Jeroboam y todo lo que hizo, su valentía, todas las guerras que hizo y cómo restituyó al dominio de Israel a Damasco y Hamat, que habían pertenecido a Judá, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?29 Y Jeroboam durmió con sus padres, los reyes de Israel. En su lugar reinó Zacarías, su hijo.
Julio 11
La restauración del pueblo de Israel
Os. 1.10-2.1 DHH NIV NBD NVI LBLA
10 Con todo, el número de los hijos de Israel
será como la arena del mar,
que no se puede medir ni contar.
Y en el lugar donde se les dijo:
«Vosotros no sois mi pueblo»,
se les dirá:
«Sois hijos del Dios viviente».
11 Se congregarán los hijos de Judá y de Israel,
nombrarán un solo jefe
y se levantarán de la tierra,
porque grande será el día de Jezreel.
1 Decid a vuestros hermanos: «Pueblo mío»,
y a vuestras hermanas: «Compadecida».
La infidelidad del pueblo de Israel
Os. 2.2-13 DHH NIV NBD NVI LBLA
2 ¡Contended con vuestra madre, contended,
porque ella no es mi mujer
ni yo su marido!
Que aparte de su rostro sus prostituciones,
y sus adulterios de entre sus pechos,
3 no sea que yo la despoje, la desnude
y la deje como el día en que nació;
haga de ella un desierto,
la convierta en tierra seca
y la mate de sed.
4 No tendré misericordia de sus hijos,
porque son hijos de prostitución.
5 Pues su madre se prostituyó,
la que los dio a luz se deshonró,
porque dijo: «Iré tras mis amantes,
que me dan mi pan y mi agua,
mi lana y mi lino,
mi aceite y mi bebida».
6 Por tanto, cerraré con espinos su camino,
la cercaré con seto
y no hallará sus caminos.
7 Seguirá a sus amantes,
pero no los alcanzará;
los buscará, pero no los hallará.
Entonces dirá: «Regresaré a mi primer marido,
porque mejor me iba entonces que ahora».
8 Ella no reconoció
que yo era quien le daba
el trigo, el vino y el aceite,
quien multiplicaba la plata y el oro
que ofrecían a Baal.
9 Por tanto, volveré y tomaré
mi trigo a su tiempo
y mi vino en su estación;
le quitaré mi lana y mi lino
que le había dado para cubrir su desnudez.
10 Ahora descubriré su locura
delante de los ojos de sus amantes,
y nadie la librará de mis manos.
11 Haré cesar todo su gozo,
sus fiestas, sus nuevas lunas,
sus sábados
y todas sus solemnidades.
12 Haré talar sus vides y sus higueras,
de las cuales dijo:
«Este es el salario
que me dieron mis amantes».
Las convertiré en un matorral
y se las comerán las bestias del campo.
13 La castigaré por los días
en que quemaba incienso a los baales,
cuando se adornaba con sortijas y collares
y se iba tras sus amantes
olvidándose de mí, dice Jehová.
Dios ama a su pueblo Israel
Os. 2.14-23 DHH NIV NBD NVI LBLA
14 Por eso voy a seducirla;
la llevaré al desierto
y hablaré a su corazón.
15 Le daré sus viñas desde allí,
y haré del valle de Acor
una puerta de esperanza.
Y allí cantará, como en los días de su juventud,
como en el día de su subida de la tierra de Egipto.
16 En aquel tiempo, dice Jehová,
me llamarás Ishi,
y nunca más me llamarás Baali.
17 Porque quitaré de su boca los nombres de los baales,
y nunca más se mencionarán sus nombres.
18 En aquel tiempo haré en favor de ellos un pacto
con las bestias del campo,
con las aves del cielo
y las serpientes de la tierra.
Quitaré de la tierra el arco, la espada y la guerra,
y te haré dormir segura.
19 Te desposaré conmigo para siempre;
te desposaré conmigo en justicia,
juicio, benignidad y misericordia.
20 Te desposaré conmigo en fidelidad,
y conocerás a Jehová.
21 En aquel tiempo yo responderé, dice Jehová;
responderé a los cielos,
y ellos responderán a la tierra,
22 y la tierra responderá al trigo,
al vino y al aceite,
y ellos responderán a Jezreel.
23 La sembraré para mí en la tierra;
tendré misericordia de Lo-ruhama
y diré a Lo-ammi: «¡Tú eres mi pueblo!»,
y él dirá: «¡Dios mío!».
Oseas y la adúltera
Os. 3.1-5 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Me dijo otra vez Jehová: «Ve y ama a una mujer amada de su compañero y adúltera; así ama Jehová a los hijos de Israel, aunque ellos se vuelven a dioses ajenos y aman las tortas de pasas».2 Entonces la compré para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada.3 Le dije: «Tú serás mía durante muchos días; no fornicarás ni te entregarás a otro hombre, y yo haré lo mismo contigo».
4 Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines.5 Después volverán los hijos de Israel, buscarán a Jehová, su Dios, y a David, su rey; y temerán a Jehová y a su bondad al fin de los días.
Controversia de Jehová con Israel
Os. 4.1-3 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Oíd la palabra de Jehová,
hijos de Israel,
porque Jehová contiende
con los moradores de la tierra,
pues no hay verdad, ni misericordia,
ni conocimiento de Dios en la tierra.
2 El perjurio y la mentira,
el asesinato, el robo y el adulterio prevalecen,
y se comete homicidio tras homicidio.
3 Por lo cual se enlutará la tierra
y se extenuará todo morador de ella;
las bestias del campo, las aves del cielo
y aun los peces del mar morirán.
Jehová acusa a los sacerdotes
Os. 4.4-10 DHH NIV NBD NVI LBLA
4 «¡Que nadie acuse ni reprenda a otro!
Tu pueblo es como los que resisten al sacerdote.
5 Tropezarás por tanto en pleno día,
y de noche tropezará contigo el profeta,
y a tu madre destruiré.
6 Mi pueblo fue destruido
porque le faltó conocimiento.
Por cuanto desechaste el conocimiento,
yo te echaré del sacerdocio;
puesto que olvidaste la ley de tu Dios,
también yo me olvidaré de tus hijos.
7 »Cuanto más aumentaban,
más pecaban contra mí;
pues también yo cambiaré su honra en afrenta.
8 Del pecado de mi pueblo comen,
y en su maldad levantan su alma.
9 Lo mismo será con el pueblo que con el sacerdote:
los castigaré por su conducta
y les pagaré conforme a sus obras.
10 Comerán, mas no se saciarán;
fornicarán, mas no se multiplicarán,
porque dejaron de servir a Jehová.
La idolatría de Israel
Os. 4.11-19 DHH NIV NBD NVI LBLA
11 »Fornicación, vino y mosto
quitan el juicio.
12 Mi pueblo consulta a su ídolo de madera,
y el leño le responde;
porque un espíritu de fornicación lo hizo errar,
y dejaron a su Dios por fornicar.
13 Sobre las cimas de los montes sacrificaron,
y quemaron incienso sobre los collados,
y debajo de las encinas, álamos y olmos,
pues buena es su sombra.
Por tanto, vuestras hijas fornicarán
y vuestras nueras cometerán adulterio.
14 No castigaré a vuestras hijas cuando forniquen,
ni a vuestras nueras cuando cometan adulterio;
porque ellos mismos se van con rameras,
y con malas mujeres sacrifican.
Por tanto, el pueblo sin entendimiento caerá.
15 »Si tú, Israel, fornicas,
que al menos no peque Judá.
¡No entréis en Gilgal,
ni subáis a Bet-avén,
ni juréis: “Vive Jehová”!
16 Porque como novilla indómita
se apartó Israel;
¿los apacentará ahora Jehová
como a corderos en ancho prado?
17 Efraín es dado a ídolos,
¡déjalo!
18 Su bebida se corrompió,
fornicaron sin cesar,
sus príncipes amaron lo que avergüenza.
19 ¡Un viento los llevará en sus alas,
y se avergonzarán de sus sacrificios!».
La apostasía de Israel será castigada
Os. 5.1-7 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 «Sacerdotes, oíd esto,
casa de Israel, estad atentos,
casa del rey, escuchad:
Contra vosotros es el juicio,
pues habéis sido un lazo en Mizpa,
una red tendida sobre Tabor.
2 Haciendo víctimas han bajado hasta lo profundo;
por tanto, los castigaré a todos ellos.
3 Yo conozco a Efraín,
e Israel no me es desconocido;
tú, Efraín, ahora te has prostituido,
y se ha contaminado Israel».
4 No piensan en convertirse a su Dios,
pues en medio de ellos hay un espíritu de fornicación
y no conocen a Jehová.
5 La soberbia de Israel testificará en su contra;
Israel y Efraín tropezarán por su pecado,
y Judá tropezará también con ellos.
6 Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Jehová,
mas no lo hallarán:
¡Se ha apartado de ellos!
7 Contra Jehová prevaricaron,
porque han engendrado hijos de extraños;
ahora serán consumidos en un solo mes
ellos y sus heredades.
Israel habla de volverse al Señor
Os. 6.1-3 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Venid y volvamos a Jehová,
pues él nos destrozó, mas nos curará;
nos hirió, mas nos vendará.
2 Después de dos días nos hará revivir,
al tercer día nos levantará,
y viviremos delante de él.
3 Esforcémonos por conocer a Jehová:
cierta como el alba es su salida.
Vendrá a nosotros como la lluvia,
como la lluvia tardía y temprana viene a la tierra.
La respuesta del Señor
Os. 6.4-11 DHH NIV NBD NVI LBLA
4 «¿Qué haré contigo, Efraín?
¿Qué haré contigo, Judá?
Vuestra piedad es como nube matinal,
como el rocío de la madrugada, que se desvanece.
5 Por eso los he quebrantado mediante los profetas;
con las palabras de mi boca los maté,
y tus juicios brotarán como la luz.
6 Porque misericordia quiero y no sacrificios,
conocimiento de Dios más que holocaustos.
7 »Pero ellos, cual Adán, violaron el pacto;
allí han pecado contra mí.
8 Galaad, ciudad de malhechores,
toda manchada de sangre.
9 Como ladrones al acecho de un hombre,
así una compañía de sacerdotes
mata y comete infamias
en el camino hacia Siquem.
10 En la casa de Israel he visto cosas horribles:
allí fornicó Efraín
y se contaminó Israel.
11 Para ti también, Judá, está preparada una siega,
cuando yo haga volver el cautiverio de mi pueblo».
Iniquidad y rebelión de Israel
Os. 7.1,2 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 «Mientras curaba yo a Israel,
se descubrió la iniquidad de Efraín
y las maldades de Samaria,
pues practican el engaño;
el ladrón entra
y el salteador despoja afuera.
2 No consideran en su corazón
que tengo memoria de toda su maldad.
Ahora los acorralan sus propias obras,
que están delante de mí.
Israel sufrirá las consecuencias de su pecado
Os. 9.10-14 DHH NIV NBD NVI LBLA
10 «Como uvas en el desierto
hallé a Israel;
vi a vuestros padres en sus primicias
como la fruta temprana de la higuera.
Pero al acudir ellos a Baal-peor,
se apartaron para vergüenza,
y se hicieron abominables
como aquello que amaban.
11 La gloria de Efraín volará cual ave,
de modo que no habrá nacimientos
ni embarazos ni concepciones.
12 Aunque lleguen a crecer sus hijos,
los quitaré de entre los hombres.
¡Ay de ellos también, cuando de ellos me aparte!
13 Efraín, según veo, es semejante a Tiro,
situado en un lugar delicioso;
pero Efraín llevará sus hijos a la matanza».
14 Dales, Jehová,
lo que les has de dar;
dales matriz que aborte
y pechos enjutos.
Enojo del Señor contra Efraín
Os. 9.15-17 DHH NIV NBD NVI LBLA
15 «Toda la maldad de ellos se manifestó en Gilgal;
allí, pues, les tomé aversión.
Por la perversidad de sus obras
los echaré de mi Casa.
Ya no los amaré más;
todos sus príncipes son desleales.
16 Efraín fue herido,
su raíz está seca,
no dará más fruto.
Aunque engendren,
yo haré morir el precioso fruto de su vientre».
17 Mi Dios los desechará
porque ellos no lo oyeron,
y andarán errantes entre las naciones.
Sentencia del Señor contra Israel
Os. 10.9-15 DHH NIV NBD NVI LBLA
9 «Desde los días de Gabaa,
tú has pecado, Israel.
¡Allí se han quedado!
¿No tomará la guerra en Gabaa
a estos inicuos?
10 Los castigaré cuando lo desee;
los pueblos se juntarán contra ellos
cuando sean castigados por su doble crimen.
11 »Efraín es como una novilla domada
a la que le gusta trillar.
Mas yo pasaré el yugo sobre su lozana cerviz;
yo unciré a Efraín,
Judá tendrá que arar
y Jacob quebrará sus terrones.
12 Sembrad para vosotros en justicia,
segad para vosotros en misericordia;
haced para vosotros barbecho,
porque es el tiempo de buscar a Jehová,
hasta que venga y os enseñe justicia.
13 Habéis arado impiedad
y segasteis iniquidad;
comeréis fruto de mentira.
Porque confiaste en tu camino
y en la multitud de tus valientes,
14 en medio de tus pueblos se levantará un alboroto;
todas tus fortalezas serán destruidas,
como destruyó Salmán a Bet-arbel
en el día de la batalla,
cuando fue destrozada la madre con sus hijos.
15 Así hará con vosotros Bet-el,
por causa de vuestra gran maldad:
al despuntar el día desaparecerá para siempre
el rey de Israel».
Julio 12
Predicción de la total destrucción de Efraín
Os. 13.1-16 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Cuando Efraín hablaba, cundía el temor;
fue exaltado en Israel,
mas pecó en Baal y murió.
2 Ahora siguen en su pecado;
con su plata se han hecho imágenes de fundición,
ídolos de su invención,
¡todo obra de artífices!
Y entonces dicen a los sacrificadores
que besen a los becerros.
3 Por tanto, serán como la niebla de la mañana
y como el rocío de la madrugada, que se disipa;
como la paja que la tempestad arroja de la era,
como el humo que sale por la chimenea.
4 «Mas yo soy Jehová, tu Dios,
desde la tierra de Egipto;
no conocerás, pues, otro dios fuera de mí,
ni otro salvador sino a mí.
5 Yo te conocí en el desierto,
en tierra seca.
6 »En sus pastos se saciaron
y, una vez repletos,
se ensoberbeció su corazón;
por esta causa se olvidaron de mí.
7 Por tanto, yo seré para ellos como león;
como un leopardo en el camino los acecharé.
8 Como osa que ha perdido a sus hijos los atacaré
y desgarraré las fibras de su corazón,
y allí los devoraré como león;
fiera del campo los despedazará.
9 Te perdiste, Israel,
mas en mí está tu ayuda.
10 ¿Dónde está tu rey, para que te salve
en todas tus ciudades,
y tus jueces, a los que dijiste:
“Dame un rey y príncipes”?
11 Te di un rey en mi furor,
y te lo quité en mi ira.
12 »Atada está la maldad de Efraín,
su pecado está guardado.
13 Le vendrán dolores de mujer que da a luz;
pero es un hijo insensato,
pues no se colocó a tiempo
en el punto mismo de nacer.
14 De manos del seol los redimiré,
los libraré de la muerte.
Muerte, yo seré tu muerte;
yo seré tu destrucción, seol.
La compasión se ocultará de mi vista.
15 Aunque él fructifique entre sus hermanos,
vendrá el viento del este,
el viento de Jehová que sube del desierto,
y se secará su manantial,
se agotará su fuente.
Él despojará el tesoro
de todas sus preciosas alhajas.
16 Samaria será asolada,
porque se rebeló contra su Dios;
caerán a espada,
sus niños serán estrellados,
y abiertas sus mujeres encintas».
Súplica a Israel para que vuelva a Jehová
Os. 14.1-3 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 ¡Vuelve, Israel, a Jehová, tu Dios,
pues por tu pecado has caído!
2 Llevad con vosotros palabras de súplica,
volved a Jehová y decidle:
«Quita toda iniquidad,
acepta lo bueno,
te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios.
3 No nos librará el asirio;
ya no montaremos a caballo,
ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos:
“Dioses nuestros”,
porque en ti el huérfano alcanzará misericordia».
El Señor promete nueva vida a Israel
Os. 14.4-9 DHH NIV NBD NVI LBLA
4 «Yo los sanaré de su rebelión,
los amaré de pura gracia,
porque mi ira se apartó de ellos.
5 Yo seré a Israel como rocío:
él florecerá como lirio
y hundirá sus raíces como el Líbano.
6 Se extenderán sus ramas,
su gloria será como la del olivo
y perfumará como el Líbano.
7 Volverán a sentarse a su sombra;
serán vivificados como el trigo
y florecerán como la vid;
su olor será como de vino del Líbano.
8 Efraín dirá: «¿Qué tengo que ver con los ídolos?».
Yo lo oiré y velaré por él;
yo seré para él como un pino siempre verde;
de mí procederá tu fruto».
9 ¿Quién es sabio para que sepa esto,
y prudente para que lo comprenda?
Porque los caminos de Jehová son rectos,
por ellos andarán los justos,
mas los rebeldes caerán en ellos.
781-740 a.C. Reinado de Uzías (Azarías) en Judá
2 Cr. 26.1-23 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Uzías, el cual tenía dieciséis años de edad, y lo pusieron por rey en lugar de Amasías, su padre.2 Uzías reconstruyó a Elot y la restituyó a Judá después que el rey Amasías durmió con sus padres.
3 De dieciséis años era Uzías cuando comenzó a reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre era Jecolías, de Jerusalén.
4 Él hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho Amasías, su padre.5 Persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, el cual era entendido en visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó.
6 Salió y peleó contra los filisteos, derribó los muros de Gat, de Jabnia, y de Asdod; edificó ciudades en Asdod y en la tierra de los filisteos.7 Dios le dio ayuda contra los filisteos, contra los árabes que habitaban en Gur-baal y contra los amonitas.8 Dieron los amonitas presentes a Uzías y se divulgó su fama hasta la frontera de Egipto; porque se había hecho altamente poderoso.
9 Edificó también Uzías torres en Jerusalén, junto a la puerta del ángulo, junto a la puerta del valle y junto a las esquinas; y las fortificó.10 Asimismo edificó torres en el desierto y abrió muchas cisternas; porque tuvo muchos ganados, así en la Sefela como en las vegas, y viñas y labranzas, así en los montes como en los llanos fértiles; porque era amigo de la agricultura.
11 Tuvo también Uzías un ejército de guerreros, los cuales salían a la guerra en divisiones, de acuerdo con la lista hecha bajo la dirección de Jeiel, el escriba, de Maasías, el gobernador, y de Hananías, uno de los jefes del rey.12 El número total de los jefes de familia, valientes y esforzados, era de dos mil seiscientos.13 Y bajo las órdenes de estos estaba el ejército de guerra, de trescientos siete mil quinientos guerreros poderosos y fuertes, para ayudar al rey contra los enemigos.14 Uzías preparó para todo el ejército escudos, lanzas, yelmos, corazas, arcos y hondas para tirar piedras.15 E hizo en Jerusalén máquinas inventadas por ingenieros, para que estuvieran en las torres y en los baluartes, para arrojar flechas y grandes piedras. Y su fama se extendió lejos, porque fue ayudado maravillosamente, hasta hacerse poderoso.
16 Pero cuando se hizo fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová, su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso sobre el altar del incienso.17 Y entró tras él el sacerdote Azarías, y con él ochenta sacerdotes de Jehová, hombres valientes,18 que se opusieron al rey Uzías y le dijeron: «No te corresponde a ti, rey Uzías, el quemar incienso a Jehová, sino a los sacerdotes hijos de Aarón, que son consagrados para quemarlo. Sal del santuario, porque has pecado, y tú no tienes derecho a la gloria que viene de Jehová Dios».
19 Entonces Uzías, que tenía en la mano un incensario para ofrecer incienso, se llenó de ira contra los sacerdotes. En ese momento le brotó lepra en la frente, delante de los sacerdotes en la casa de Jehová, junto al altar del incienso.20 Cuando el sumo sacerdote Azarías y todos los sacerdotes lo miraron, se dieron cuenta de que tenía lepra en su frente. Entonces lo hicieron salir apresuradamente de aquel lugar; y él también se dio prisa en salir, porque Jehová lo había herido.
21 Así el rey Uzías quedó leproso hasta el día de su muerte, y habitó leproso en una casa apartada, por lo cual fue excluido de la casa de Jehová; y Jotam, su hijo, se hizo cargo de la casa real, gobernando al pueblo de la tierra.
22 Los demás hechos de Uzías, los primeros y los últimos, fueron escritos por el profeta Isaías hijo de Amoz.23 Durmió Uzías con sus padres y lo sepultaron con sus padres en el campo de los sepulcros reales; porque dijeron: «Leproso es». Y reinó su hijo Jotam en su lugar.
2 R. 15.1-7 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 En el año veintisiete de Jeroboam, rey de Israel, comenzó a reinar Azarías hijo de Amasías, rey de Judá.2 Cuando comenzó a reinar tenía dieciséis años, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre era Jecolías, de Jerusalén.
3 Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que su padre Amasías había hecho.4 Con todo, los lugares altos no se quitaron, pues el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.5 Pero Jehová hirió al rey con lepra, y estuvo leproso hasta el día de su muerte. Habitó el rey en casa separada, y Jotam, su hijo, tenía el palacio a su cargo y gobernaba al pueblo.
6 Los demás hechos de Azarías y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?7 Azarías durmió con sus padres y lo sepultaron con ellos en la ciudad de David. En su lugar reinó Jotam, su hijo.
Visión y llamamiento de Isaías en el año que murió Uzías (Azarías), 740 a.C.
Is. 6.1-13 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 El año en que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el Templo.2 Por encima de él había serafines. Cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban.3 Y el uno al otro daba voces diciendo:
«¡Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos!
¡Toda la tierra está llena de su gloria!».
4 Los quicios de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la Casa se llenó de humo.5 Entonces dije:
«¡Ay de mí que soy muerto!,
porque siendo hombre inmundo de labios
y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos,
han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos».
6 Y voló hacia mí uno de los serafines, trayendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas.7 Tocando con él sobre mi boca, dijo:
—He aquí que esto tocó tus labios,
y es quitada tu culpa
y limpio tu pecado.
8 Después oí la voz del Señor, que decía:
—¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?
Entonces respondí yo:
—Heme aquí, envíame a mí.
9 Y dijo:
—Anda, y dile a este pueblo:
“Oíd bien, y no entendáis;
ved por cierto, pero no comprendáis”.
10 Embota el corazón de este pueblo,
endurece sus oídos y ciega sus ojos,
para que no vea con sus ojos
ni oiga con sus oídos
ni su corazón entienda,
ni se convierta y haya para él sanidad.
11 Yo dije:
—¿Hasta cuándo, Señor?
Y respondió él:
—Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador,
no haya hombre en las casas,
y la tierra esté hecha un desierto;
12 hasta que Jehová haya echado lejos a los hombres
y multiplicado los lugares abandonados en medio del país.
13 Y si queda aún en ella la décima parte,
esta volverá a ser destruida;
pero como el roble y la encina,
que al ser cortados aún queda el tronco,
así será el tronco, la simiente santa.
Contexto histórico de Isaías
Is. 1.1 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.
743 a.C. Reinado de Zacarías en Israel
2 R. 15.8-12 DHH NIV NBD NVI LBLA
8 En el año treinta y ocho de Azarías, rey de Judá, Zacarías hijo de Jeroboam reinó seis meses sobre Israel.9 Pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como lo habían hecho sus padres: no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.
10 Contra él conspiró Salum hijo de Jabes, lo hirió en presencia de su pueblo, lo mató y reinó en su lugar.
11 Los demás hechos de Zacarías están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.12 Esta era la palabra que Jehová había dicho a Jehú: «Tus hijos, hasta la cuarta generación, se sentarán en el trono de Israel». Y fue así.
La corrupción de los gobernantes
Os. 7.3-7 DHH NIV NBD NVI LBLA
3 »Con su maldad alegran al rey;
con sus mentiras, a los príncipes.
4 Todos ellos son adúlteros;
son como horno encendido,
que el hornero cesa de avivar
desde que se amasa la harina
hasta que se ha fermentado.
5 En el día de nuestro rey,
los príncipes lo hicieron enfermar
con copas de vino;
él extendió su mano con los que se burlaban.
6 Disponen su corazón para la intriga,
como se prepara un horno;
toda la noche duerme su hornero,
pero a la mañana está encendido
como llama de fuego.
7 Todos ellos arden como un horno
y devoran a sus jueces.
Así han caído todos sus reyes;
no hay entre ellos quien me invoque.
743 a.C. Reinado de Salum en Israel
2 R. 15.13-16 DHH NIV NBD NVI LBLA
13 Salum hijo de Jabes comenzó a reinar en el año treinta y nueve de Uzías, rey de Judá. Solo reinó un mes en Samaria,14 porque Manahem hijo de Gadi subió de Tirsa, llegó a Samaria e hirió allí a Salum hijo de Jabes. Después de matarlo, reinó en su lugar.15 Los demás hechos de Salum y la conspiración que tramó están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.16 Entonces Manahem saqueó a Tifsa y a todos los que en ella estaban, y también sus alrededores, a partir de Tirsa. La saqueó porque no le habían abierto las puertas, y le abrió el vientre a todas las mujeres que estaban encintas.
Julio 13
743-738 a.C. Reinado de Manahem en Israel
2 R. 15.17-22 DHH NIV NBD NVI LBLA
17 En el año treinta y nueve de Azarías, rey de Judá, Manahem hijo de Gadi reinó en Samaria sobre Israel. Reinó diez años,18 pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová: en todo su tiempo no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.
19 En su tiempo, Pul, rey de Asiria, vino a atacar la tierra. Manahem dio a Pul mil talentos de plata para que le ayudara a confirmarse en el reino.20 Manahem obtuvo este dinero de todos los poderosos y opulentos de Israel; cada uno debió pagar un impuesto de cincuenta siclos de plata para dar al rey de Asiria. Entonces el rey de Asiria se volvió, y no se detuvo allí en el país.
21 Los demás hechos de Manahem y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?22 Manahem durmió con sus padres y reinó en su lugar Pekaía, su hijo.
738-737 a.C. Reinado de Pekaía en Israel
2 R. 15.23-26 DHH NIV NBD NVI LBLA
23 En el año cincuenta de Azarías, rey de Judá, Pekaía hijo de Manahem reinó dos años en Samaria sobre Israel.24 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová: no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.
25 Peka hijo de Remalías, capitán suyo, conspiró contra él y lo hirió en Samaria, en el palacio de la casa real, en compañía de Argob y de Arie, y de cincuenta hombres de los hijos de los galaaditas. Después que lo mató, reinó en su lugar.
26 Los demás hechos de Pekaía, y todo lo que hizo, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.
737-732 a.C. Reinado de Peka en Israel
2 R. 15.27,28 DHH NIV NBD NVI LBLA
27 En el año cincuenta y dos de Azarías, rey de Judá, reinó Peka hijo de Remalías en Samaria sobre Israel. Reinó veinte años,28 e hizo lo malo ante los ojos de Jehová: no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.
740-736 a.C. Reinado de Jotam en Judá
2 R. 15.32-38 DHH NIV NBD NVI LBLA
32 En el segundo año de Peka hijo de Remalías, rey de Israel, comenzó a reinar Jotam hijo de Uzías, rey de Judá.33 Cuando comenzó a reinar tenía veinticinco años, y reinó dieciséis años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jerusa, hija de Sadoc.
34 Él hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho su padre Uzías.35 Con todo, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. Edificó él la puerta más alta de la casa de Jehová.
36 Los demás hechos de Jotam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
37 En aquel tiempo comenzó Jehová a enviar contra Judá a Rezín, rey de Siria, y a Peka hijo de Remalías.38 Jotam durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de David, su padre. En su lugar reinó Acaz, su hijo.
2 Cr. 27.1-9 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Veinticinco años tenía Jotam cuando comenzó a reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre era Jerusa, hija de Sadoc.2 E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho Uzías, su padre, salvo que no entró en el santuario de Jehová. Pero el pueblo continuaba corrompiéndose.
3 Fue él quien edificó la puerta mayor de la casa de Jehová, y también muchas otras edificaciones sobre el muro Ofel.4 Además edificó ciudades en las montañas de Judá, y construyó fortalezas y torres en los bosques.5 También tuvo él guerra con el rey de los hijos de Amón, a los cuales venció; y le dieron los hijos de Amón en aquel año cien talentos de plata, diez mil coros de trigo y diez mil de cebada. Lo mismo le dieron el segundo y el tercer año.6 Así que Jotam se hizo fuerte, porque preparó sus caminos delante de Jehová, su Dios.
7 Los demás hechos de Jotam, todas sus guerras y sus caminos, están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.8 Cuando comenzó a reinar tenía veinticinco años, y dieciséis años reinó en Jerusalén.9 Durmió Jotam con sus padres, y lo sepultaron en la Ciudad de David. Reinó en su lugar su hijo Acaz.
740 a.C. Comienzo del ministerio profético de Miqueas
Contexto histórico de Miqueas
Miq. 1.1 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Palabra de Jehová que fue dirigida a Miqueas de Moreset en los días de Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá; lo que vio sobre Samaria y Jerusalén.
Lamento sobre Samaria y Jerusalén
Miq. 1.2-7 DHH NIV NBD NVI LBLA
2 «Oíd, pueblos todos;
está atenta, tierra, y cuanto hay en ti.
Jehová, el Señor,
el Señor desde su santo templo,
sea testigo contra vosotros.
3 Porque Jehová sale de su lugar,
desciende y camina sobre las alturas de la tierra.
4 Los montes se derretirán debajo de él
y los valles se hendirán
como la cera delante del fuego,
como las aguas que corren por una pendiente.
5 Todo esto por la rebelión de Jacob,
por los pecados de la casa de Israel.
¿Cuál es la rebelión de Jacob?
¿No es acaso Samaria?
¿Cuál es el lugar alto de Judá?
¿No es acaso Jerusalén?
6 »Haré, pues, de Samaria montones de ruinas,
tierra para plantar viñas.
Derramaré sus piedras por el valle
y descubriré sus cimientos.
7 Todas sus estatuas serán despedazadas,
todos sus dones serán quemados en el fuego,
y asolaré todos sus ídolos,
porque con salarios de prostitutas los juntó,
y salario de prostitución volverán a ser.
Lamento de Miqueas
Miq. 1.8-16 DHH NIV NBD NVI LBLA
8 »Por esto me lamentaré y gemiré;
andaré descalzo y desnudo,
aullando como los chacales,
lamentándome como los avestruces.
9 Porque su herida es dolorosa,
y llegó hasta Judá;
llegó hasta la puerta de mi pueblo,
hasta Jerusalén.
10 No lo digáis en Gat,
ni lloréis mucho;
revolcaos en el polvo de Bet-le-afra.
11 ¡Retírate, morador de Safir,
desnudo y con vergüenza!
¡No sale el morador de Zaanán!
¡Hay llanto en Betesel!
A vosotros se os quitará la ayuda.
12 Porque los moradores de Marot
anhelaron ansiosamente el bien,
pues Jehová ha hecho que el mal descienda
hasta las puertas de Jerusalén.
13 Uncid al carro bestias veloces,
moradores de Laquis.
Allí comenzó el pecado de la hija de Sión,
porque en vosotros se hallaron
las rebeliones de Israel.
14 Por tanto, darás dones a Moreset-gat; las casas de Aczib servirán de trampa
a los reyes de Israel.
15 »Aún os enviaré un nuevo conquistador,
moradores de Maresa,
y la flor de Israel
huirá hasta Adulam.
16 Arráncate los cabellos, córtalos,
por los hijos que tanto amas;
hazte calvo como el buitre,
porque van al cautiverio lejos de ti».
¡Ay de los que oprimen a los pobres!
Miq. 2.1-5 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 «¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad
y maquinan el mal,
y cuando llega la mañana lo ejecutan,
porque tienen en sus manos el poder!
2 Codician campos y los roban;
casas, y las toman;
oprimen al hombre y a su familia,
al hombre y a su heredad.
3 Por tanto, así ha dicho Jehová:
Yo planeo contra esta gente un mal
del cual no libraréis el cuello,
ni andaréis erguidos,
porque el tiempo será malo.
4 En aquel tiempo se os dedicará un refrán,
y se os entonará una lamentación diciendo:
“Del todo fuimos destruidos;
él ha cambiado la heredad de mi pueblo.
¡Cómo nos quitó nuestros campos!
¡Los dio y los repartió a otros!”.
5 Por tanto, no habrá quien reparta heredades a suerte
en la congregación de Jehová.
Los malos profetas
Miq. 2.6-11 DHH NIV NBD NVI LBLA
6 »No profeticéis, dicen a los que profetizan;
no les profeticen,
porque no les alcanzará la vergüenza.
7 Tú que te dices casa de Jacob,
¿acaso se ha agotado el espíritu de Jehová?
¿Son estas sus obras?
¿No hacen mis palabras bien
al que camina rectamente?
8 El que ayer era mi pueblo,
se ha levantado como enemigo;
a los que pasaban confiados
les quitasteis el manto de encima del vestido,
como adversarios de guerra.
9 A las mujeres de mi pueblo
echasteis fuera de las casas que eran su delicia;
a sus niños quitasteis mi perpetua alabanza.
10 Levantaos y andad,
porque este no es lugar de reposo,
pues está contaminado,
corrompido grandemente.
11 Si alguno anda inventando falsedades
y, mintiendo, dice:
“Por vino y sidra profetizaré para ti”,
ese sí será el profeta de este pueblo.
Dios promete liberar a su pueblo
Miq. 2.12,13 DHH NIV NBD NVI LBLA
12 »De cierto te juntaré todo, Jacob,
recogeré ciertamente el resto de Israel;
lo reuniré como ovejas de Bosra,
como un rebaño en medio de su aprisco,
y harán el estruendo de una multitud.
13 Subirá el que abre caminos delante de ellos;
abrirán camino, pasarán la puerta
y saldrán por ella.
¡Su rey pasará delante de ellos,
y Jehová a su cabeza!».
El reinado de paz del Señor
Miq. 4.1-5 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 «Acontecerá en los postreros tiempos
que el monte de la casa de Jehová
será colocado a la cabeza de los montes,
más alto que los collados,
y acudirán a él los pueblos.
2 Vendrán muchas naciones, y dirán:
“Venid, subamos al monte de Jehová,
a la casa del Dios de Jacob;
él nos enseñará en sus caminos
y andaremos por sus veredas”,
porque de Sión saldrá la Ley,
y de Jerusalén la palabra de Jehová.
3 Él juzgará entre muchos pueblos
y corregirá a naciones poderosas y lejanas.
Ellos convertirán sus espadas en azadones
y sus lanzas en hoces.
Ninguna nación alzará la espada contra otra nación
ni se preparará más para la guerra.
4 Se sentará cada uno
debajo de su vid y debajo de su higuera,
y no habrá quien les infunda temor.
¡La boca de Jehová de los ejércitos ha hablado!
5 Aunque todos los pueblos anden
cada uno en el nombre de su dios,
con todo, nosotros andaremos
en el nombre de Jehová, nuestro Dios,
eternamente y para siempre.
El Señor hará que reine la paz entre las naciones
Is. 2.1-5 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Lo que vio Isaías hijo de Amoz, acerca de Judá y de Jerusalén.
2 Acontecerá que al final de los tiempos
será confirmado el monte de la casa de Jehová
como cabeza de los montes;
será exaltado sobre los collados
y correrán a él todas las naciones.
3 Vendrán muchos pueblos y dirán:
«Venid, subamos al monte de Jehová,
a la casa del Dios de Jacob.
Él nos enseñará sus caminos
y caminaremos por sus sendas».
Porque de Sión saldrá la Ley
y de Jerusalén la palabra de Jehová.
4 Él juzgará entre las naciones
y reprenderá a muchos pueblos.
Convertirán sus espadas en rejas de arado
y sus lanzas en hoces;
no alzará espada nación contra nación
ni se adiestrarán más para la guerra.
5 Venid, casa de Jacob,
y caminaremos a la luz de Jehová.
Jehová pleitea con Israel
Miq. 6.1-5 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 «Oíd ahora lo que dice Jehová:
¡Levántate, pelea contra los montes
y oigan los collados tu voz!.
2 Oíd, montes
y fuertes cimientos de la tierra,
el pleito de Jehová,
porque Jehová tiene un pleito con su pueblo
y altercará con Israel.
3 »Pueblo mío, ¿qué te he hecho
o en qué te he molestado?
Di algo en mi contra.
4 Te hice subir de la tierra de Egipto,
te redimí de la casa de servidumbre
y envié delante de ti a Moisés,
a Aarón y a María.
5 Pueblo mío, acuérdate ahora qué aconsejó Balac,
rey de Moab,
y qué le respondió Balaam
hijo de Beor,
desde Sitim hasta Gilgal,
para que conozcas las justicias de Jehová.
Corrupción moral de Israel
Miq. 7.1-7 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 «¡Ay de mí! porque estoy
como cuando han recogido los frutos del verano,
como cuando han rebuscado después de la vendimia
y no queda racimo para comer,
ni uno de esos frutos que tanto desea mi alma.
2 Faltó el misericordioso de la tierra;
no queda entre los hombres ningún justo.
Todos acechan en busca de sangre;
cada cual tiende una red a su hermano.
3 Para completar la maldad con sus manos,
el príncipe demanda
y el juez juzga por recompensa;
el poderoso habla según el capricho de su alma,
y ellos lo confirman.
4 El mejor de ellos es como el espino,
el más recto, como zarzal.
El día de tu castigo viene,
el que anunciaron tus atalayas;
ahora será su confusión.
5 No creáis en amigo
ni confiéis en príncipe;
de la que duerme a tu lado cuídate,
no abras tu boca.
6 Porque el hijo deshonra al padre,
la hija se levanta contra la madre,
la nuera contra su suegra,
y los enemigos del hombre son los de su casa.
7 Mas yo volveré mis ojos a Jehová,
esperaré al Dios de mi salvación;
el Dios mío me oirá.
Jehová traerá luz y libertad
Miq. 7.8-10 DHH NIV NBD NVI LBLA
8 »Tú, enemiga mía, no te alegres de mí,
porque aunque caí, me levantaré;
aunque more en tinieblas,
Jehová será mi luz.
9 La ira de Jehová soportaré,
porque pequé contra él,
hasta que juzgue mi causa
y me haga justicia.
Él me sacará a la luz
y yo veré su justicia.
10 Lo verá mi enemiga
y se cubrirá de vergüenza,
la que me decía:
“¿Dónde está Jehová, tu Dios?”.
Mis ojos se recrearán al verla,
cuando sea pisoteada
como el lodo en las calles.
La restauración de Jerusalén
Miq. 7.11-13 DHH NIV NBD NVI LBLA
11 »Viene el día en que se edificarán tus muros;
aquel día se extenderán los límites.
12 En ese día vendrán hasta ti
desde Asiria y las ciudades fortificadas,
y desde las ciudades fortificadas hasta el Río,
de mar a mar y de monte a monte.
13 La tierra será asolada
a causa de sus moradores,
por el fruto de sus obras.
Julio 14
Compasión de Jehová por Israel
Miq. 7.14-20 DHH NIV NBD NVI LBLA
14 »Apacienta a tu pueblo con tu cayado,
al rebaño de tu heredad
que mora solo en la montaña,
en campo fértil;
que sean apacentados en Basán y Galaad,
como en el tiempo pasado.
15 Como en los días en que saliste de Egipto,
yo les mostraré maravillas.
16 Las naciones lo verán y se avergonzarán
de todo su poderío;
se pondrán la mano sobre la boca
y ensordecerán sus oídos.
17 Lamerán el polvo como la culebra,
como las serpientes de la tierra;
temblarán en sus encierros,
se volverán amedrentados
ante Jehová, nuestro Dios,
y temerán ante ti.
18 »¿Qué Dios hay como tú,
que perdona la maldad
y olvida el pecado
del remanente de su heredad?
No retuvo para siempre su enojo,
porque se deleita en la misericordia.
19 Él volverá a tener misericordia de nosotros;
sepultará nuestras iniquidades
y echará a lo profundo del mar
todos nuestros pecados.
20 Mantendrás tu fidelidad a Jacob,
y a Abraham tu misericordia,
tal como lo juraste a nuestros padres
desde tiempos antiguos».
Exhortación a un arrepentimiento sincero
Is. 1.10-20 DHH NIV NBD NVI LBLA
10 ¡Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová!
¡Escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra!
11 «¿Para qué me sirve, dice Jehová,
la multitud de vuestros sacrificios?
Hastiado estoy de holocaustos de carneros
y de grasa de animales gordos;
no quiero sangre de bueyes ni de ovejas ni de machos cabríos.
12 ¿Quién pide esto de vuestras manos,
cuando venís a presentaros delante de mí para pisotear mis atrios?
13 No me traigáis más vana ofrenda;
el incienso me es abominación.
Luna nueva, sábado y el convocar asambleas,
no lo puedo sufrir.
¡Son iniquidad vuestras fiestas solemnes!
14 Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas
y vuestras fiestas solemnes;
me son gravosas y cansado estoy de soportarlas.
15 Cuando extendáis vuestras manos,
yo esconderé de vosotros mis ojos;
asimismo cuando multipliquéis la oración,
yo no oiré;
llenas están de sangre vuestras manos.
16 Lavaos y limpiaos,
quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos,
dejad de hacer lo malo,
17 aprended a hacer el bien,
buscad el derecho,
socorred al agraviado,
haced justicia al huérfano,
amparad a la viuda.
18 »Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta:
aunque vuestros pecados sean como la grana,
como la nieve serán emblanquecidos;
aunque sean rojos como el carmesí,
vendrán a ser como blanca lana.
19 Si queréis y escucháis,
comeréis de lo mejor de la tierra;
20 si no queréis y sois rebeldes,
seréis consumidos a espada».
La boca de Jehová lo ha dicho.
Juicio de Jehová contra los soberbios
Is. 2.6-22 DHH NIV NBD NVI LBLA
6 Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob,
porque están llenos de costumbres traídas del oriente
y de agoreros, como los filisteos;
y pactan con hijos de extranjeros.
7 Su tierra está llena de plata y de oro,
sus tesoros no tienen fin.
También está su tierra llena de caballos
y sus carros son innumerables.
8 Además, su tierra está llena de ídolos,
y se han arrodillado ante la obra de sus manos
y ante lo que fabricaron sus dedos.
9 Así se ha inclinado el hombre
y el varón se ha humillado;
por tanto, no los perdones.
10 ¡Métete en la peña
y en el polvo escóndete
de la presencia temible de Jehová
y del resplandor de su majestad!
11 La altivez de la mirada del hombre será abatida;
la soberbia humana será humillada.
Sólo Jehová será exaltado en aquel día.
12 Porque el día de Jehová de los ejércitos
vendrá sobre todo soberbio y altivo,
sobre todo lo arrogante,
y será abatido;
13 sobre todos los cedros del Líbano
altos y erguidos,
y sobre todas las encinas de Basán;
14 sobre todos los montes altos
y sobre todos los collados elevados;
15 sobre toda torre alta
y sobre todo muro fortificado;
16 sobre todas las naves de Tarsis
y sobre todos los barcos lujosos.
17 La altivez del hombre será abatida;
la soberbia humana será humillada.
Sólo Jehová será exaltado en aquel día.
18 Y acabará por completo con los ídolos.
19 Se meterán en las cavernas de las peñas
y en las aberturas de la tierra,
a causa de la presencia temible de Jehová
y del resplandor de su majestad,
cuando él se levante para castigar la tierra.
20 Aquel día arrojará el hombre
a los topos y murciélagos
sus ídolos de plata y sus ídolos de oro,
que le hicieron para que adorara.
21 Se meterá en las hendiduras de las rocas
y en las cavernas de las peñas,
a causa de la presencia formidable de Jehová
y del resplandor de su majestad,
cuando se levante para castigar la tierra.
22 ¡Dejad al hombre cuyo aliento está en su nariz!;
porque ¿de qué estima es él digno?
Ayes sobre los malvados
Is. 5.8-30 DHH NIV NBD NVI LBLA
8 ¡Ay de los que juntan casa a casa
y añaden hacienda a hacienda
hasta ocuparlo todo!
¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?
9 Ha llegado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos,
que las muchas casas han de quedar asoladas,
sin morador las grandes y hermosas.
10 Y diez yugadas de viña
producirán un bato,
y un homer de semilla
producirá un efa.
11 ¡Ay de los que se levantan de mañana
para correr tras el licor,
y así siguen hasta la noche,
hasta que el vino los enciende!
12 En sus banquetes hay arpas,
vihuelas, tamboriles,
flautas y vino,
pero no miran la obra de Jehová,
ni consideran la obra de sus manos.
13 Por tanto, mi pueblo es llevado cautivo,
porque no tiene conocimiento,
sus nobles se mueren de hambre
y la multitud está seca de sed.
14 Por eso ensanchó su interior el seol
y sin medida extendió su boca;
y allá descenderá
la gloria de ellos y su multitud,
su fausto y el que en él se regocijaba.
15 El hombre será humillado,
el varón será abatido,
y humillados serán los ojos de los altivos.
16 Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio;
el Dios Santo será santificado con justicia.
17 Los corderos serán apacentados según su costumbre,
y los extranjeros devorarán los campos desolados de los ricos.
18 ¡Ay de los que traen la iniquidad
con cuerdas de vanidad
y el pecado
como con coyundas de carreta!,
19 los cuales dicen: «¡Venga ya,
apresúrese su obra y veamos!
¡Acérquese y venga
el consejo del Santo de Israel,
para que lo sepamos!».
20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno
y a lo bueno malo;
que hacen de la luz tinieblas
y de las tinieblas luz;
que ponen lo amargo por dulce
y lo dulce por amargo!
21 ¡Ay de los que son sabios ante sus propios ojos,
de los que son prudentes delante de sí mismos!
22 ¡Ay de los que son valientes para beber vino
y hombres fuertes para mezclar bebidas;
23 los que por soborno declaran justo al culpable,
y al justo le quitan su derecho!
24 Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo
y la llama devora la paja,
así será su raíz como podredumbre
y su flor se desvanecerá como polvo,
porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos
y abominaron la palabra del Santo de Israel.
25 Por esta causa se encendió
el furor de Jehová contra su pueblo,
y extendió contra él su mano y lo hirió;
y se estremecieron los montes
y sus cadáveres fueron arrojados
en medio de las calles.
Con todo esto no ha cesado su furor,
sino que todavía su mano está extendida.
26 Alzará pendón a naciones lejanas
y silbará al que está en el extremo de la tierra;
y he aquí que vendrá pronto, a toda prisa.
27 No habrá entre ellos nadie cansado,
ni quien tropiece;
ninguno se dormirá ni dormitará;
a ninguno se le desatará el cinturón de su cintura,
ni se le romperá la correa de sus sandalias.
28 Sus saetas estarán afiladas
y todos sus arcos entesados;
los cascos de sus caballos serán como de pedernal,
y las ruedas de sus carros, como un torbellino.
29 Su rugido será como de león;
rugirá a manera de leoncillo,
crujirá los dientes y arrebatará la presa;
se la llevará con seguridad
y nadie se la quitará.
30 Y bramará sobre él en aquel día
como bramido del mar;
entonces mirará hacia la tierra,
y he aquí tinieblas de tribulación,
y en sus cielos se oscurecerá la luz.
736-716 a.C. Reinado de Acaz en Judá
Comienzo del reinado de Acaz
2 R. 16.1-4 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 En el año diecisiete de Peka hijo de Remalías comenzó a reinar Acaz hijo de Jotam, rey de Judá.2 Cuando comenzó a reinar Acaz tenía veinte años, y reinó en Jerusalén dieciséis años, pero no hizo lo recto ante los ojos de Jehová, su Dios, como su padre David,3 sino que anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo, según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de los hijos de Israel.4 Asimismo sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, sobre los collados y debajo de todo árbol frondoso.
2 Cr. 28.1-4 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Veinte años tenía Acaz cuando comenzó a reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalén: pero no hizo lo recto ante los ojos de Jehová, a diferencia de su padre David.2 Antes anduvo en los caminos de los reyes de Israel, y además hizo imágenes fundidas a los baales.3 Quemó también incienso en el valle de los hijos de Hinom, e hizo pasar a sus hijos por fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había arrojado de la presencia de los hijos de Israel.4 Asimismo sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, en los collados y debajo de todo árbol frondoso.
Invasión de Tiglat-pileser, rey de los asirios
2 R. 15.29 DHH NIV NBD NVI LBLA
29 En los días de Peka, rey de Israel, llegó Tiglat-pileser, rey de los asirios, y tomó a Ijón, Abel-bet-maaca, Janoa, Cedes, Hazor, Galaad, Galilea, y toda la tierra de Neftalí; y llevó sus habitantes cautivos a Asiria.
Peka y el rey de Siria atacan a Judá
2 Cr. 28.5-8 DHH NIV NBD NVI LBLA
5 Por lo cual Jehová, su Dios, lo entregó en manos del rey de los sirios, los cuales lo derrotaron, y le tomaron gran número de prisioneros que llevaron a Damasco. Fue también entregado en manos del rey de Israel, el cual le causó una gran mortandad.6 Y Peka hijo de Remalías mató en Judá en un día a ciento veinte mil hombres valientes, por cuanto habían abandonado a Jehová, el Dios de sus padres.7 Asimismo Zicri, hombre poderoso de Efraín, mató a Maasías, hijo del rey, a Azricam, su mayordomo, y a Elcana, segundo después del rey.8 También los hijos de Israel tomaron cautivos de sus hermanos a doscientos mil, entre mujeres, muchachos y muchachas, además de haber tomado de ellos mucho botín que llevaron a Samaria.
2 R. 16.5,6 DHH NIV NBD NVI LBLA
5 Entonces Rezín, rey de Siria, y Peka hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a Jerusalén para atacarla y sitiar a Acaz, pero no pudieron tomarla.6 En aquel tiempo el rey de Edom recobró Elat para Edom, y echó de Elat a los hombres de Judá. Los de Edom llegaron a Elat y habitaron allí hasta hoy.
La apostasía de Israel será castigada
Os. 5.8-15 DHH NIV NBD NVI LBLA
8 ¡Tocad la bocina en Gabaa
y la trompeta en Ramá!
¡Sonad la alarma en Bet-avén!
¡Alerta, Benjamín!
9 Efraín será asolado en el día del castigo;
entre las tribus de Israel
hice conocer la verdad.
10 «Los príncipes de Judá han sido
como los que traspasan los linderos;
¡pero sobre ellos derramaré
a raudales mi ira!
11 Efraín está oprimido,
violados sus derechos,
porque quiso andar
en pos de vanidades.
12 Yo, pues, seré como polilla a Efraín
y como carcoma a la casa de Judá.
13 Verá Efraín su enfermedad
y Judá su llaga;
irá entonces Efraín a Asiria
y pedirá ayuda al gran rey,
pero él no podrá sanaros
ni os curará la llaga.
14 Porque yo seré como león a Efraín
y como cachorro de león a la casa de Judá;
yo, yo mismo los despedazaré, y me iré;
los arrebataré, y nadie podrá librarlos.
15 »Volveré luego a mi lugar,
hasta que reconozcan su pecado
y busquen mi rostro.
¡En medio de su angustia me buscarán!».
Julio 15
Primer mensaje de Isaías a Acaz
Is. 7.1-9 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Aconteció en los días de Acaz hijo de Jotam hijo de Uzías, rey de Judá, que Rezín, rey de Siria, y Peka hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para combatirla; pero no la pudieron tomar.
2 Y llegó la noticia a la casa de David, diciendo:
—Siria se ha confederado con Efraín.
Y se le estremeció el corazón y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del monte a causa del viento.3 Entonces dijo Jehová a Isaías:
—Sal ahora al encuentro de Acaz, tú y Sear-jasub, tu hijo, al extremo del acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador,4 y dile: “Cuídate y ten calma; no temas ni se turbe tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el ardor de la ira de Rezín y de Siria, y del hijo de Remalías.5 Ha concertado un maligno plan contra ti el sirio, con Efraín y con el hijo de Remalías, diciendo:6 ‘Vayamos contra Judá y aterroricémosla; repartámosla entre nosotros y pongamos en medio de ella por rey al hijo de Tabeel’ ”.7 Por tanto, Jehová, el Señor dice:
“No sucederá eso; no será así.
8 Porque la cabeza de Siria es Damasco
y la cabeza de Damasco, Rezín;
y dentro de sesenta y cinco años
Efraín será quebrantado hasta dejar de ser pueblo.
9 Y la cabeza de Efraín es Samaria
y la cabeza de Samaria, el hijo de Remalías.
Si vosotros no creéis, de cierto no permaneceréis”.
Profecía contra Damasco
Is. 17.1-3 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Profecía sobre Damasco:
«He aquí que Damasco dejará de ser ciudad;
será montón de ruinas.
2 Las ciudades de Aroer están desamparadas;
se convertirán en majadas
y allí dormirán los rebaños sin que nadie los espante.
3 Cesará la fortificación de Efraín
y el reino de Damasco;
y lo que quede de Siria
será como la gloria de los hijos de Israel»,
dice Jehová de los ejércitos.
Juicio sobre Israel
Is. 17.4-14 DHH NIV NBD NVI LBLA
4 «En aquel tiempo menguará la gloria de Jacob
y se enflaquecerá la gordura de su carne.
5 Será como cuando el segador recoge la mies
y con su brazo siega las espigas;
será también como el que recoge espigas
en el valle de Refaim.
6 Y quedarán en él rebuscos,
como cuando sacuden el olivo;
dos o tres frutos en la punta de la rama,
cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas»,
dice Jehová, Dios de Israel.
7 Aquel día mirará el hombre a su Hacedor;
sus ojos contemplarán al Santo de Israel.
8 Ya no mirará a los altares
que hicieron sus manos,
ni mirará a lo que hicieron sus dedos,
ni a los símbolos de Asera
ni a las imágenes del sol.
9 Aquel día sus ciudades fortificadas
serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas,
los cuales fueron dejados a causa de los hijos de Israel;
y habrá desolación.
10 Porque te olvidaste del Dios de tu salvación
y no te acordaste de la roca de tu refugio.
Por eso, tu plantarás plantas hermosas,
plantarás sarmiento extraño.
11 El día que las plantes, las harás crecer,
y harás que su simiente brote de mañana;
pero la cosecha será arrebatada en el día de la angustia
y del dolor desesperado.
12 ¡Ay, esa multitud de pueblos
que harán ruido como el estruendo del mar!
¡Ay, ese bramar de naciones,
que será como el bramido de muchas aguas!
13 Los pueblos harán estrépito
como el ruido de muchas aguas;
pero Dios los reprenderá, y huirán lejos;
serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento,
como el polvo delante del torbellino.
14 Al tiempo de la tarde, he aquí el terror;
pero antes de la mañana el enemigo ya no existe.
Esta es la parte de los que nos aplastan,
la suerte de los que nos saquean.
Segundo mensaje de Isaías a Acaz
Is. 7.10-25 DHH NIV NBD NVI LBLA
10 Habló también Jehová a Acaz, diciendo:
11 —Pide para ti una señal de parte de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo o de arriba en lo alto.
12 Y respondió Acaz:
—No pediré ni tentaré a Jehová.
13 Dijo entonces Isaías:
—Oíd ahora, casa de David:
¿No os basta con ser molestos a los hombres,
sino que también lo seáis a mi Dios?
14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal:
La virgen concebirá
y dará a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Emanuel.
15 Comerá mantequilla y miel,
hasta que sepa desechar lo malo
y escoger lo bueno.
16 Porque antes que el niño
sepa desechar lo malo
y escoger lo bueno,
la tierra de los dos reyes que tú temes
será abandonada.
17 »Jehová hará venir sobre ti,
sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre,
días cuales nunca vinieron
desde el día en que Efraín se apartó de Judá
(esto es, al rey de Asiria).
18 »Acontecerá que aquel día
silbará Jehová
al tábano que está en el fin
de los ríos de Egipto
y a la abeja que está en la tierra de Asiria.
19 Ellos vendrán y acamparán todos
en los valles desiertos,
en las cavernas de las piedras,
en todos los zarzales
y en todas las matas.
20 Aquel día rapará el Señor
con navaja alquilada,
con los que habitan al otro lado del río
(esto es, con el rey de Asiria),
cabeza y pelo de los pies,
y aun la barba afeitará también.
21 »Acontecerá en aquel tiempo
que criará un hombre una vaca y dos ovejas,
22 y a causa de la abundancia de leche que darán,
comerá mantequilla;
ciertamente mantequilla y miel comerá
el que quede en medio del país.
23 »Acontecerá también en aquel tiempo
que el lugar donde había mil vides,
que valían mil siclos de plata,
será para espinos y cardos.
24 Con saetas y arco irán allá,
porque toda la tierra será espinos y cardos.
25 Y a ninguno de los montes
que se cavaban con azada
se atreverán ya a ir,
por el temor de los espinos y los cardos.
Quedarán para pasto de los bueyes
y para ser pisoteados por las ovejas.
Acaz pide ayuda al rey de Asiria
2 R. 16.7 DHH NIV NBD NVI LBLA
7 Entonces Acaz envió embajadores a Tiglat-pileser, rey de Asiria, diciendo: «Yo soy tu siervo y tu hijo. Sube y defiéndeme de manos del rey de Siria y de manos del rey de Israel, que se han levantado contra mí».
2 Cr. 28.16-19 DHH NIV NBD NVI LBLA
16 En aquel tiempo envió el rey Acaz a pedir ayuda a los reyes de Asiria.17 Porque también los edomitas habían venido y atacado a los de Judá, y habían llevado cautivos.18 Asimismo los filisteos se habían extendido por las ciudades de la Sefela y del Neguev de Judá, y habían tomado Bet-semes, Ajalón, Gederot, Soco, Timna y Gimzo, con sus respectivas aldeas; y habitaban en ellas.19 Porque Jehová había humillado a Judá por causa de Acaz, rey de Israel, por cuanto este había actuado con desenfreno en Judá y había pecado gravemente contra Jehová.
Nombre simbólico de un hijo de Isaías
Is. 8.1-10 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Me dijo Jehová:
—Toma una tabla grande y escribe en ella con caracteres legibles tocante a Maher-salal-hasbaz.
2 Y junté conmigo por testigos fieles al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías.3 Me llegué a la profetisa, la cual concibió y dio a luz un hijo. Y me dijo Jehová: «Ponle por nombre Maher-salal-hasbaz.4 Porque antes que el niño sepa decir “padre mío” y “madre mía”, será quitada la riqueza de Damasco y los despojos de Samaria delante del rey de Asiria».
5 Otra vez volvió Jehová a hablarme, diciendo:
6 «Por cuanto desechó este pueblo
las aguas de Siloé, que corren mansamente,
y se regocijó con Rezín y con el hijo de Remalías,
7 he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos
aguas de ríos, impetuosas y abundantes:
al rey de Asiria con todo su poder.
Él rebasará todos sus ríos
y desbordará sobre todas sus riberas;
8 y, pasando por Judá, inundará y seguirá creciendo
hasta llegar a la garganta.
Luego, extendiendo sus alas,
llenará la anchura de tu tierra, Emanuel.
9 »Reuníos, pueblos, y seréis quebrantados.
Oíd, todos los que sois de lejanas tierras:
ceñíos, y seréis quebrantados;
preparaos, y seréis quebrantados.
10 Haced planes, y serán anulados;
proferid palabra, y no será firme,
porque Dios está con nosotros».
Al Señor es a quien hay que temer
Is. 8.11-15 DHH NIV NBD NVI LBLA
11 Porque Jehová me habló de esta manera con mano fuerte y me advirtió que no caminara por el camino de este pueblo, diciendo:12 «No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración, ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo.13 A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.14 Entonces él será por santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra para tropezar, por tropezadero para caer y por lazo y red al morador de Jerusalén.15 Muchos de entre ellos tropezarán, caerán y serán quebrantados; se enredarán y serán apresados.
Advertencias de Isaías a sus discípulos
Is. 8.16-22 DHH NIV NBD NVI LBLA
16 »Ata el testimonio,
sella la instrucción entre mis discípulos.
17 »Esperaré, pues, a Jehová,
el cual escondió su rostro de la casa de Jacob.
En él confiaré.
18 He aquí que yo y los hijos
que me dio Jehová
somos por señales y presagios en Israel,
de parte de Jehová de los ejércitos,
que mora en el monte Sión.
19 Si os dicen:
“Preguntad a los encantadores
y a los adivinos,
que susurran hablando”,
responded:
“¿No consultará el pueblo a su Dios?
¿Consultará a los muertos por los vivos?”.
20 ¡A la ley y al testimonio!
Si no dicen conforme a esto,
es porque no les ha amanecido.
21 »Pasarán por la tierra fatigados y hambrientos,
y acontecerá que, a causa del hambre,
se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios,
levantando el rostro con altivez.
22 Y mirarán a la tierra,
y he aquí tribulación y tinieblas,
oscuridad y angustia;
y quedarán sumidos en las tinieblas».
Nacimiento y reinado del Mesías
Is. 9.1-7 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo en que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.
2 El pueblo que andaba en tinieblas
vio gran luz;
a los que moraban en tierra de sombra de muerte,
luz resplandeció sobre ellos.
3 Multiplicaste la gente
y aumentaste la alegría.
Se alegrarán delante de ti
como se alegran en la siega,
como se gozan
al repartirse un botín.
4 Porque tú quebraste su pesado yugo,
la vara de su hombro
y el cetro de su opresor,
como en el día de Madián.
5 Porque todo calzado que lleva el guerrero
en el tumulto de la batalla
y todo manto revolcado en sangre,
serán quemados,
serán pasto del fuego.
6 Porque un niño nos ha nacido,
hijo nos ha sido dado,
y el principado sobre su hombro.
Se llamará su nombre
“Admirable consejero”, “Dios fuerte”,
“Padre eterno”, “Príncipe de paz”.
7 Lo dilatado de su imperio
y la paz no tendrán límite
sobre el trono de David
y sobre su reino,
disponiéndolo y confirmándolo
en juicio y en justicia
desde ahora y para siempre.
El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
La ira de Jehová contra Israel
Is. 9.8-10.4 DHH NIV NBD NVI LBLA
8 El Señor lanzó una palabra contra Jacob,
y ella ha caído en Israel.
9 La conocerá todo el pueblo,
Efraín y los moradores de Samaria,
que con soberbia y con altivez de corazón dicen:
10 «Los ladrillos cayeron,
pero edificaremos de cantería;
cortaron los sicómoros,
pero en su lugar pondremos cedros».
11 Pero Jehová levantará a los enemigos
de Rezín contra él.
Juntará a sus enemigos:
12 del oriente, los sirios, y los filisteos del poniente;
y a boca llena devorarán a Israel.
Ni con todo eso ha cesado su furor,
sino que todavía su mano está extendida.
13 Pero el pueblo no se convirtió al que lo castigaba
ni buscó a Jehová de los ejércitos.
14 Y Jehová, en un mismo día, cortará de Israel
cabeza y cola, rama y caña.
15 El anciano y venerable de rostro es la cabeza;
el profeta que enseña mentira es la cola.
16 Porque los gobernadores de este pueblo son engañadores
y sus gobernados se pierden.
17 Por tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus jóvenes,
ni de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia;
porque todos son falsos y malignos,
y toda boca habla despropósitos.
Ni con todo esto ha cesado su furor,
sino que todavía su mano está extendida.
18 Porque la maldad, encendida como un fuego,
cardos y espinos devorará.
Se encenderá en lo espeso del bosque,
y serán alzados como remolinos de humo.
19 Por la ira de Jehová de los ejércitos
se oscurece la tierra,
y el pueblo es como pasto del fuego.
El hombre no tiene piedad de su hermano.
20 Cada uno devora a la derecha
y tiene hambre;
come a la izquierda
y no se sacia.
Cada cual come la carne de su prójimo:
21 Manasés devora a Efraín y Efraín a Manasés,
y ambos se levantan contra Judá.
Pero ni con todo esto ha cesado su furor,
sino que todavía su mano está extendida.
1 ¡Ay de los que dictan leyes injustas
y prescriben tiranía,
2 para apartar del juicio a los pobres
y para privar de su derecho a los afligidos de mi pueblo;
para despojar a las viudas
y robar a los huérfanos!
3 ¿Y qué haréis en el día del castigo?
¿A quién os acogeréis para que os ayude
cuando llegue de lejos el desastre?
¿En dónde dejaréis vuestras riquezas?
4 Sin mí se inclinarán entre los presos
y caerán entre los muertos.
Pero ni con todo esto ha cesado su furor,
sino que todavía su mano está extendida.